La lección que Pablo Alborán ofrece a quienes empiezan en la música: "El éxito puede ser peligroso"
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Durante las últimas semanas, Pablo Alborán ha ido dando pistas de ese 'La cuarta hoja' que, por fin, se estrenará este viernes. Un álbum que todos sus seguidores -y cuantos formamos la famila de CADENA 100- esperamos con los brazos abiertos y con los oídos listos para degustar lo que aún no hemos escuchado de él. Porque algún que otro adelanto, ha hecho. Y mientras llega ese momento de la puesta de largo oficial, en la noche de este martes visitaba 'El Hormiguero' para continuar cebando ese lanzamiento y para contar algunos secretos de un proceso de composición que, por primera vez en todo lo que lleva de carrera, ha conseguido que sea redondo y quedar satisfecho con el resultado final sin necesidad de retoques adicionales.
Lo primero que procedía preguntarle, era sobre el significado de ese título al que llevamos dando vueltas más de un mes. Su respuesta era de esas profundas, que invitan a la reflexión y qeu no dejan nada al azar: "Nos pasamos la vida buscando señales, creando señales y la manera de tener buena suerte, y hay un montón de símbolos que nos recuerdan la suerte, como el trébol de cuatro hojas… ¡Pues no! La cuarta hoja eres tú. Es un disco que celebra la amistad, el amor, la vida, lo empecé a escribir preparando la gira que acabo de terminar, el hecho de volver a estar con la gente en conciertos me inspiró este disco".
Lo siguiente, era saber si a él le ha llegado, en algún momento de su vida, uno de esos golpes de suerte que lo cambian todo en un instante: "El golpe de suerte puede estar ahí todos los días. Vivimos atados al pasado, a los momentos que fueron buenos, pero yo pienso que todos los días son una oportunidad para tener un golpe de suerte". Y volvíamos al álbum puro y duro y a saber si al malagueño le cuesta mucho decidir los temas que incluye en cada uno de sus trabajos: "Con este disco es la primera vez que estoy satisfecho del todo. Dicen que los discos nunca se terminan, pero en este disco, terminada la producción, todo está como creo que debe estar". O lo que es lo mismo: se trata de uno de esos productos redondos a los que no tocar nada, porque las piezas están colocadas en el lugar correcto.
Pablo Motos era capaz de hacerle refrendar una de esas leyendas que circulan sobre él: ¿es verdad que cuando Alborán se está haciendo pis en medio del proceso creativo se obliga a no levantarse hasta que da por finalizado el mismo? La respuesta era de una rotundidad de las que traspasan: "Sí, hasta que no termine la idea que tengo en la cabeza no puedo moverme porque si vas y vuelves las cosas yo no son igual". El presentador también indagaba sobre cómo es consciente él de si esas personas de su círculo de confianza a las que adelanta la escucha de lo que está haciendo son o no sinceras sobre sus impresiones: "Ningún detalle es fiable. Me ha pasado de enseñar el disco a medios o a fans y fijarme si mueve el pie en la canción, si coge el móvil, si te mira fijamente… y luego esos gestos no quieren decir nada. En este disco he optado por no enseñarlo mucho, siempre busco la aprobación y en este disco busco que la gente disfrute y nada más".
Íntimo y personal
Cuando terminó la pandemia, aseguró que iba a hacer la vida más normal que pudiera. Lo está cumpliendo sin que le cueste. Más que nada porque, sostenía, él siempre ha sido de tratar de no variar mucho sus rutinas a pesar del nombre que tiene dentro de la industria de la música: "Yo siempre he ido a por el pan, a mí me gusta mucho la normalidad, pero es verdad que la fama te quita un poco de espontaneidad y sorpresa, de que te conozcan por quien eres y no la idea que tienen hecha de ti por ser conocido".
La pregunta del millón a la que muchos personajes han contestado en algún momento, en alguna entrevista: ¿sería capaz de vivir sin éxito? "En mi casa mis padres nunca me han dicho tú vas a poder ser lo que quieras sino lo que puedas y es algo que yo he aplicado siempre. He luchado por mi música, pero la vida también son otras muchas cosas y el éxito puede ser peligroso si se basa solo en un número porque yo no soy un número, nadie es un número", era ese razonamiento con el que queremos quedarnos para rematar esta noticia.
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