La emotiva carta de Miki Nadal a su hija Carmela, su gran salvavidas, en el año más duro de su vida
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''EMPAPADA. Ese era mi único propósito para estas tres semanas de vacaciones que he pasado con mi hija, que acabará empapada cada día. Empapada de agua de mar y empapada de tanto estar con papá. Lo que hemos disfrutado este verano el uno del otro no lo olvidaré en lo que me quede de vida''. Con estas palabras Miki Nadal comenzaba una breve carta pública con sus seguidores cargada de emociones y sentimientos encontrados, meses después de que su vida diese un giro de 180º.
El humorista antes de su vuelta al trabajo quiso dar las gracias por todo el cariño y apoyo recibido en los momentos que más lo necesitaba: ''Han sido 21 días de cubos llenos de arena, risas y juegos. Y amigos...muchos amigos y familia que nos han acompañado y con los que hemos crecido este verano los dos: Nacho, Patricia, Javier, Ana, Adriana, Felipe, Javi, Cristina, Dabiz, Tri, Maria, Ágata, Amador, Quim, Eli, Pau, Noel, Luna, Salva, Paqui...y todos esos niños y niñas y sus padres de los que no recuerdo sus nombres y que han pasado horas y horas con nosotros haciendo castillos en las playas de Calpe y Altea. Gracias por todo. Os queremos''. Unas palabras que han sorprendido ya que Miki ha evitado mostrar ningún tipo de reacción desde que se confirmase su ruptura y todo lo que conllevó después con unos ataques públicos de su suegra que dejaba en mal lugar la imagen del artista.
Recordemos que la separación de Miki Nadal de su mujer Carola Escámez nos pilló por sorpresa meses atrás cuando en junio la revista Lecturas siese la primia. A tan solo una semana de cumplir 5 años de matrimonio, la pareja decidió emprender vidas separadas pero siempre pensando en el bien de su hija Carmela de cuatro años.
Aunque el humorista ha evitado hacer cualquier tipo de referencia a todas las informaciones que han salido sobre la dura decisión, sí que estuvo activo en redes sociales intentando poner normalidad, de ahí la sorpresa de que por primera vez haya dejado entrever sus emociones y cómo se ha sentido en estos duros meses: arropado y querido por los suyos, como no podía ser de otra forma.
Con el tiempo las aguas se han calmado y Miki y Carlota hacen su vida por separado y lo único que les importa es la felicidad de su pequeña Carmela. Una pequeña que según ha contado su padre ha disfrutado enormemente en vacaciones y le ha regalado un tiempo juntos que jamás olvidará.
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