La frase final con la que Rocío Carrasco desmonta a su hija y su actitud conciliadora delante de las cámaras
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La traca final del documental de Rocío Carrasco en Telecinco fue potente. Mucho. Tanto como que cargó la artillería hacia su hija, Rocío Flores, para desmontar ese discurso que ha dado de puertas para afuera de su casa, de cómo su madre no atiende a sus llamadas, de cómo esta no quiere sentarse con sus hijos para aclarar las cosas. La hija de Rocío Jurado dejó al descubierto a la joven, a la que acusa de que solo realiza esos gestos en los que desliza que quiere tender puentes de cara a las cámaras. Que todo es un 'show'. Y la muestra más evidente sería esa felicitación por su cumpleaños en directo, desde 'Supervivientes', el año pasado y cómo este ni siquiera le ha mandado un mensaje.
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"Llevo años sin saber nada de ella… años en los que no ha tenido ningún tipo de preocupación sabiendo cómo estaba y todo lo que había pasado. Por eso no lo veo porque no es porque no es real no es verdad", comenzaba la explicación, con cierto tinte de reproche al haber faltado a la verdad. "A mí mi hija no me ha felicitado por mi cumpleaños nunca jamás desde que se fue de mi casa. Sí lo hizo por la tele. Se fue a un programa a no sé cuantos kilómetros y tenía que ganarse de alguna manera el favor de la gente", soltaba el bombazo antes de hacer una observación para que se entiendera su actitud: "Antes de eso tuvo ocho años para hacerlo. Si hubiese querido hacerlo en privado lo hubiera hecho. Y nunca lo hizo. Eso no es verdad".
La gran pregunta dirigida a su hija
"¿Se ha dado cuenta en Honduras después de ocho años? No tiene sentido ninguno. Y no hay un ápice de verdad en lo que dice. Una persona que siente ese llanto de verdad y siente esa necesidad que ella quiere mostrar, falsa, pero la quiere mostrar como verdadera… En el momento en el que Jorge le pregunta qué le dirías a tu madre sé qué le diría", continuba con su reflexión, ofreciendo argumentos contundentes para conseguir que el espectador empatizara con ella.
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Rocío, además, incidía en el hecho de que, todo lo que ha hecho su hija, no ha sido movido por los sentimientos: "No tengo nada que decirle porque eso que han visto durante mucho tiempo no es real. Eso no es cierto. Que la gente entienda que detrás de eso hay unos intereses creados y esa imagen no es cierta, no es veraz. No es así. Eso que ella dice… que sienta ahí… después de 8 años, ya no tiene no tiene sentido ninguno".
"A la gente que no conozca y para gente que no no sepa, para la gente que de repente se encuentre con esto y piense que está loca por ver a su madre y está preocupadísima por su madre… Todo muy a mi pesar. Detrás de eso hay una motivación. Al final quedó tercera. Ella iba con la instrucción de hacer lo que hizo sabiendo perfectamente yo públicamente no iba a hacer nada", lamentaba, antes de rematar su discurso: "Siempre con un beneficio económico, aparte del beneficio que a él le supone destruirme, porque conozco a mí porque conozco a mi hija, a quien no reconozco".
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