Carlos Chamarro, protagonista de 'Camera Café', explica la ausencia de algunos personajes: "Fue muy triste"

El inseparable compañero de Arturo Valls en 'Camera Café' nos ha confesado secretos de rodaje y por qué algunos compañeros no aparecen en la película
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CADENA 100
Redactora de COPE

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'Camera café' está de vuelta 13 años pero esta vez en formato película. La mítica serie de sketches da un salto de época de la mano de Ernesto Sevilla como director y Pólvora Films, la productora de Arturo Valls, devolviendo a la vida a todos sus personajes tal y como los recordamos, aunque no todos ellos han podido estar presentes y se les va a echar mucho de menos. Acostumbrados a ver episodios de tan solo 6 minutos, ahora podremos disfrutar de este filme de 90 minutos de duración en el que podremos conocer más a sus personajes.

Gracias a ello, también se ha conseguido devolver a la pantalla el reencuentro del elenco original formado por Arturo Valls (Jesús Quesada), Carlos Chamarro (Julián Palacios), Esperanza Pedreño (Maricarmen Cañizares), Esperanza Elipe (Marimar Montes), Alex O'Dogherty (Arturo Cañas), Carolina Cerezuela (Mónica Salazar), Ana Milán (Victoria de la Vega), Marta Belenguer (Nacha Ruiz) y Joaquín Reyes (Ricardo ‘Richard’ Mesa). Además, cuentan con nuevas incorporaciones que darán mucho que hablar, como es el caso de Manuel Galiana, Javier Botet, Ingrid García-Jonsson e Ibai Llanos.

Esta película nos ha permitido recuperar a grandes actores que habían desaparecido entre los telones. Este es el caso de Carlos Chamarro. El intérprete, después de terminar 'Cámera cafe' en 2009, se ha dedicado de lleno al teatro, aunque también se le ha podido ver en otras series como 'Gym Tony', 'Algo que celebrar', 'Señoras del (h)AMPA' o 'Historias de Alcafrán'. No obstante, no hemos dejado de echar de menos a Julián Palacios hasta ahora, ya que ha regresado a la pantalla con su particular risa y sus camisas de manga corta con corbatas de divertidos estampados.

Aunque hacer la película de 'Camera Café' era una "idea que siempre habían tenido en la cabeza', el actor se enfrenta a este proyecto con mucha "ilusión" y "responsabilidad" por superar las expectativas y lograr "pasar de hacer una serie hace tantos años a una película de 90 minutos". No obstante, tal y como ha asegurado Chamarro en una entrevista para COPE, es un "reto que han conseguido superar".

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¿En qué momento se planteó este reencuentro? ¿Estaba ya pensado cuando hicisteis esa videollamada?

La videollamada fue una muy buena idea de Álex O'Dogherty, en un momento así de bajón durante la pandemia. Aunque no lo parezca por su personaje, Álex es un tío muy conciliador y muy de hacer grupo, nos llamó a todos y encontramos un hueco para hacerlo. Fue una idea muy divertida que fue como la base de empezar a hacer las videollamadas.

La peli de 'Cámera cafe' nunca me plantee que fuese porque se estaban haciendo todo los reencuentros. Además, en el cine son mucho de hacer remakes. Que mira que hay historias por contar y yo pienso para qué van a hacer la misma película pero con otros actores. Nunca he sido muy de remakes en este sentido. Hay películas que se pueden mejorar, pero mejor las originales.

Pero, en nuestro caso, como ya se había hecho la película en Francia, siempre habíamos tenido la idea en la cabeza desde que hacíamos la serie. Siempre pensábamos en que los franceses ya habían hecho la película y cómo nos quedaría a nosotros algún día. Es verdad que ha habido varios guiones y, finalmente, se ha conseguido hacer. Estamos muy contentos. Pero nunca pensando en hacer lo mismo que están haciendo otros de volver a relanzar. La idea de hacer la película de 'Cámera cafe' estaba ahí desde hace mucho tiempo y era un reto conseguir hacerlo y que quedara bien, como ha quedado. Porque pasar de hacer una serie hace tantos años a una película de 90 minutos, es súper complicado para contentar a todo el mundo y creo que lo hemos conseguido.

Los fans de 'Camera Café' se volvieron locos cuando se enteraron de este regreso ¿Cómo recibisteis vosotros esta noticia?

Recibimos la noticia con mucha ilusión y, luego, con la responsabilidad de a ver qué pasa. Obviamente, estamos todos implicados porque en esa oficina estamos todos, pero Arturo se ha convertido en el protagonista absoluto de esta historia y él tenía miedo de que quedase como era el único protagonista de la que fue una serie tan coral. No hay tiempo para enseñar el mundo de todos los personajes. Entonces, se escogió para hacer esta trama y, dentro de esta trama, íbamos entrando en función del compromiso del guion de la película. Por donde navegaba, nos íbamos incluyendo. Creo que ese ha sido el reto y creo que se ha conseguido, a pesar de que era muy difícil. Todos estamos haciendo grupo y no te paras a pensar si la película solo habla de uno o de otro, sino que recogemos a todos esos fans que veían la serie y creo que van a reconocer la serie y, al mismo tiempo, es un producto que funciona individualmente como una película. Si no has visto la serie, funciona igual como una película de humor de una tallaje excelente.

De hecho, parece que os habéis teletransportado en el tiempo al llevar la misma ropa, el estilismo...

Ya tenía la serie esa atemporalidad, que no sabías ubicarte, ya que en la serie no se quería localizar en qué ciudad estaba esta oficina ni se hacían muchos chistes de política. Con lo cual, no se hablaba de la actualidad, era una crítica social genérica. Y en la película, de alguna manera, se ha mantenido eso. Obviamente ha pasado el tiempo, pero no se ha hecho pensando en que hemos hecho la película 13 años después. Esta la misma oficina ahí, ha pasado un tiempo, pero siguen trabajando todos allí. A nivel de atrezo se ha buscado esa misma temporalidad que tenía la serie, incluso tiene un punto retro. Los ordenadores no son de última generación y en la oficina tenían un look que no sabías definir, que esto también ayuda a centrarte en los personajes.


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Incluso habéis pasado de una serie de los 2000 a estar con Ibai Llanos, que es un ejemplo de la generación actual...


Sale Ibai, pero no hace de él. Hace de él en un sentido, pero es un personaje que tiene un sentido. Incluso, María Arauzo, que es la misma que nos vistió en la serie, ya casi se sabía las tallas de memoria de cada uno. Hemos querido mantener ese look, haciendo corbatas nuevas en mi caso, con telas exclusivas para que siguieran siendo tan llamativas como las que teníamos entonces.

Todos hemos visto el reencuentro frente a las cámaras, pero ¿Cómo fue detrás de ellas?

Ha sido muy bonito. Antes del rodaje, fuimos a hacer una prueba de vestuario. El día que fui yo, me encontré con Arturo Valls, que hacía mucho que no le veía, con Marta Belenguer... Marta que es todo energía, todo positividad... Me decía que estoy igual. Ver también a María Arauzo de vestuario también, que hacía mucho tiempo. En ese sentido, fue muy grato porque era una serie que parte del éxito que tuvo fue porque el equipo nos llevábamos muy bien. Crecimos todos con esa serie, incluso a nivel profesional. Fue un antes y un después para cada uno a su manera. Casi todos veníamos de lo desconocido, del teatro, y ahí es como que nos dimos a conocer audiovisualmente para un público muy grande.

Todos estos años ¿Habéis conseguido mantener la relación?

Con unos te encuentras más que con otros. Muchos vivimos en el mismo barrio y los que no, les sigues en redes. Unos son más conocidos que otros porque hacen más audiovisual, otros hemos hecho más teatro. Pero el cariño ese siempre está y, como todo en la vida, como en los equipos de fútbol, todos juega en el mismo equipo y cuando uno mete gol todos se abrazan. Pero, a lo mejor, luego el portero es más afín de uno que no juega de titular y se van a cenar juntos y con otro no. Somos todos personas y cada uno va por un lado en su vida. Como denominador común, sí que somos amigos todos.

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Quienes seguimos la historia desde sus inicios, siempre hemos tenido una curiosidad respecto a cómo era 'Cámera café' antes ¿El escenario en el que grababais no era más que la maquina de café o había más allá de los pasillos?

No había nada. Los actores teníamos lo que veía el espectador. Era un pasillo, en el fondo había un ascensor, un pasillo a la izquierda y la derecha, y la puerta del baño. Detrás de la puerta del baño había una pared, con un pequeño espacio donde entrábamos o salíamos cuando daban acción, en función de cada sketch. Y en los pasillos también. Salías de ahí y te encontrabas un plató. Esa es la magia de la televisión y del cine, fuera de los decorados hay una especie de desierto imaginario que no existe. Solo vale lo que enfoca la cámara y ese era otro de los retos. De decir, esa cámara fija cómo se mueve. De hecho, Ernesto Sevilla hizo la broma de decir que habían grabado toda la película con la cámara que estaba metida dentro de la maquina de café. Entonces, iban con todo el trasto de la maquina grabando y ese era un gag muy gracioso. Ese era otro de los retos, cómo unos personajes que solo has visto de cara, porque trabajábamos solo en frontal, les das la vuelta, les sacas a la calle... Mantener esos personajes fuera, creo que también se ha conseguido de una manera muy chula.

En relación a esto, ¿Cómo ha sido retomar el mismo personaje y la misma historia? Teniendo en cuenta que deja de ser un sketch e ir más allá de la maquina, ya que también se os puede ver por la calle...

Parecían como personajes de comic, que están como dibujados con dos pinceladas. En mi caso, las camisas de manga corta, las corbatas llamativas... Era como unos personajes de tebeo y sacarlos a la calle y que tuvieran ese realismo que tiene el cine, era complicado. Se ha mantenido, pero detrás hay un gran trabajo técnico brutal y muy bueno, de un director de fotografía, de una realización, que se ve realismo a esta parte más estereotipada y superficial que tenía la serie al estar grabada solo en un mismo plano.

Habéis coincidido casi todo el reparto. Pero, en el caso de César Sarachu, quien da vida a Bernardo, no aparece físicamente...

Después de tanto tiempo, tú quieres contar con todo el elenco para seguir referenciando la serie en la película. Pero, en algunos casos, no se ha podido hacer y, en función del protagonismo que se le quería dar al guion, pues se le ha referenciado y se buscan ideas para conseguirlo. Creo que, en este caso, la ausencia física de César Sarachu está muy bien solucionada con la imaginación de Cañizares, su personaje enamoradizo como pareja artística. A través de ella, se ha solucionado esta ausencia física.


¿A qué se debió este giro de guion? ¿Fue por tema de cuadrar agendas?

No tengo ni idea. Igual que Dani Albaladejo sí tenía una exclusividad con un rodaje, que por fechas no podía. En la serie éramos muchos actores y tenernos a todos era súper complicado. Entonces, nos tenemos que apañar un poco con lo que hay. En este caso, el personaje de Bernardo sí que tenía una presencia cómica. Las parejas de Cañizares y Bernardo, Jesús Quesada y Julián Palacios, Marimar y Antúnez... Eran parejas que estaban involucradas como personajes y funcionaban como entidades sueltas. Había capítulos dedicados a alguna de estas parejas o a un personaje solo.

Es verdad que Jesús Quesada y Julián Palacios eran más protagónicos porque la idea original venía de esa idea de personajes masculinos. Vemos que hay una gran machismo en toda la evolución de la humanidad, en el cine y televisión también. La idea fue creada por el personaje que hago yo, Julián, y su idea fue tener su amigote con el que pasa peripecias. Esta era un poco la idea original, pero en España fue una idea más coral y eso dio pie a que los guiones pudieran evolucionar más.

Luis Varela solo hace un breve cameo...

Eso fue muy triste. En el sentido de que, justo dos días antes de la grabación, se puso malito. Eran dos días antes literalmente y no pudo trabajar por las fechas de rodajes porque está todo muy medido y todo el mundo ya había dado su 'ok' y no te puede salir de ahí. Si no puedes estar, al igual que pasa con otros actores, pues no puedes estar. En su caso, fue porque se puso malito. Lograron que viniera Manuel Galiana, que, de 0 a 100, también tuvo la responsabilidad y la valentía de comprometerse a aprenderse el guion en unos pocos días, además empezó el primer día de rodaje él y tampoco sé si había visto la serie. Un actor con estas tablas, se entiende que le tiene que costar menos y fue una solución premeditada, rápida, pero con un resultado buenísimo.

¿Te gustaría seguir dando continuidad a 'Cámera cafe' o lo zanjarías con esta película?

En mi caso personal, como todavía no tenemos un por qué la serie se acabó tan pronto, en pleno éxito la quitaron de la cadena y siempre pensamos que podía haber continuado varios años más. Ahora, haciendo la película, que vuelves a recoger ese personaje, pues te queda el gusanillo de pensar en hacer otra película u otra serie, cómo la afrontaríamos... ¿Realmente, ha pasado el tiempo o la dejamos ahí atemporal y seguimos haciendo la serie con esa locura y esos maravillosos guiones que había en aquella época? A mí no me importaría seguir haciendo este personaje. Es verdad que ya lo tienes, ya lo has hecho y, artísticamente, ya no te aporta más como creación del personaje, pero es que nos lo pasamos tan bien... Que a mí no me importaría trabajar un par de años más en esto y seguir saboreando unos guiones tan divertidos y muy chulos de interpretar para un actor.

Partiendo de que hay una película, igual la continuación ya no es tan complicada que partiendo solo de una serie...

Tiramos un órdago a los productores, a los creadores y guionistas de la película para que se lo piensen. O que venga algún mecenas y ponga el dinero, que cada español ponga un euro y ya tendríamos un buen presupuesto para empezar. Yo podría 10 euros y así hacemos más años (risas).

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