Vega narra una elección dura de su vida: ''Dieciséis kilos menos y un propósito''

La cantante Vega, que ha escrito algunas de las canciones más bonitas de la carrera de muchos artistas conocidos, y de la suya propia, tiene mucho que decir. La artista tiene una facilidad a la hora de emocionar con las palabras. Aunque no siempre lo que tenga que decir sea bonito y bueno, sino real y basado en un hecho real. Ya sea suyo o de alguien conocido.

En este caso, el relato es propio y sobre su situación actual. Un testimonio que remueve tanto como emociona. Con el que empatiza e invita a reflexionar. ''02:11 h Empiezo a escribir este texto sin saber muy bien a donde me llevará su punto y final, sí es que lo tiene. Últimamente no somos capaces de ponerle punto y final a nada'', comienza diciendo Vega.

''Cuando uno se enfrenta al reto de vivir aislado se supone que tiene que ser con un propósito. Yo tengo el mío. Sobrevivir a lo que me da mas pavor en este mundo, el tambaleo de los pilares de mi felicidad. No suena egoísta, lo es. Creo que sería incapaz de sostenerme en pie si este bicho se llevase por delante a mi familia. Y aquí estoy. En mitad del campo. Libre y enjaulada. Siendo mujer, madre, artista, empleada de mi hogar y un amago de docente en prácticas cuando no queda mas remedio. Pero mi verdadero hogar quedó vacío un 6 de Marzo de 2020 y no lo volví a pisar, salvo para llorarle y recoger. Recoger la ropa de cambio de estación, los abrigos en el sofá que no recuerdo de que evento venían, los diezmos de plantas podres. Este no es mi hogar. Es un refugio. Para sobrevivir. Sobrevivir aislada'', continúa diciendo para desarrollar la elección dura, humana y personal. Porque nadie está preparado para este 'shock' ni la presión que se somete a una familia de repente.

16 kilos menos y un importante propósito

''Por el camino han quedado 16 kilos, los botes de tinte, un rimmel seco, el rojo de labios festivo, el cuerpo entrenado. Las canas florecen a la misma velocidad que se me cae el pelo. Yo y mi eterna densidad (mental y de cabellera), parecemos un espiritu liviano. Ya me he acostumbrado al estress y sus regalos en forma de torbellinos de pelo agarrados a una goma. Como si eso les fuera a salvar del despido. No salgo salvo para hacer la compra quincenal, a llevar y recoger a mi hija del colegio. Trabajo en mi próximo disco mientras ella está en clase, de 9:30 a 16:00. Por las noches leo, respondo vuestros mensajes y busco que sucede en el mundo, para enfrentarme al dolor que supone mirar empáticamente en qué nos hemos convertido. Esas tripas revueltas me dejan el poso necesario para escribir con las entrañas, el corazón siempre esta al mando y la cabeza hace sugerencias que rara vez escucho'', añade.

''Hice esta tarjeta de la foto para que identificaran a mi hija de 4 años en su clase burburja (es reglamentaria en su cole durante el primer mes). Desde que empezó el colegio ha ido una semana y media'', termina diciendo la primera parte de esta confesión e invita a seguir leyendo en su Facebook. Unas palabras sinceras y honestas que han aplaudido muchos de su público. De hecho, muchos le han pedido que se anime a sacar un libro, porque tiene un don para transmitir y emocionar además de a través de las canciones.

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