Qué fue de Anabel Conde: de su segundo puesto en Eurovisión a su desaparición por completo de la música
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Hacía muchos años que España no se llevaba una alegría tan grande en Eurovisión como la de este fin de semana. Chanel, con su 'SloMo' -y a pesar de la corriente crítica que arrastraba desde que fue seleccionada en el Benidorm Fest-, se alzaba con el tercer puesto, tal solo por detras de Ucrania y Reino Unido. Una posición a la que hacía mucho tiempo que ni nos acercábamos y que ha provocado que no pocos sacaran a la palestra el nombre de Anabel Conde. Quizás a los más jóvenes del lugar no les suene mucho, porque para llegar a su segundo puesto con 'Vuelve conmigo' hay que viajar en el tiempo hasta 1995. Una fecha que marcó un antes y un después para ella, puesto que, a pesar de ese logro, no consiguió terminar de estallar.
Probando suerte en el exterior
Por mucho que lo intentó. Hasta en cinco ocasiones trató de regresar al certamen musical continental. Una de las veces, de nuevo con la bandera de España: era 2005 cuando, con su tema 'Incendiáme', trato de optar a representarnos. No lo consiguió. Tampoco en sucesivos años, probando suerte en Polonia, Andorra -con quien participó en ese año que su 'Incendiáme' no tuvo suerte, pero como corista- y como cuerpo de baile de algunos de los nombres potentes que sí llegaron a alcanzar cotas más altas. Lo de Polonia, ella misma lo calificaba como una "casualidad, porque el compositor de Sappho me pidió permiso para presentarla al concurso... Y yo pensé que era algo imposible, así que dije que sí, sin esperar nada". Unas declaraciones realizadas hace años y que ponen de manifiesto su sentir y cómo ella nunca tiró la toalla ni quiso apartarse de ese camino de manera precipitada.
Sin embargo, lo cierto es que la artista, nacida en la localidad malagueña de Fuengirola hace 46 años, hace poco más de una década que decidió desistir y dedicarse al mundo de la docencia. Aparta del foco mediático y de la industria musical, lo cierto es que ha comparecido en prensa en alguna que otra ocasión. Y en todas ellas ha quedado de manifiesto que, a pesar de que no encontró su hueco ni su momento, le hubiese encantado forjar una carrera más larga. De hecho, cuenta con nada menos que tres álbumes en el mercado. Nada más cosechar ese meritorio puesto en Eurovisión, sacó un álbum con su propio nombre. En 2000 saldría a la vente 'Dos Lunas' y en 2014, su último cartucho, 'Toda una mujer'.
Los últimos intentos
Por cierto, que en ese año de su último trabajo de estudio, puso en pie un evento -con la colaboración de otro euorvisivo como lo es Serafín Zubiri-, FestiBand. Aquel fue su último coletazo en este terreno. Hasta el punto de que, como decíamos, tomó la determinación de centrarse en la otra pasión de su vida: el magisterio. Sobre ello se pronunciaba hace unos meses, en el marco del Benidorm Fest: "Decidí pasar a ser docente, porque siempre me había hecho ilusión, desde pequeñita. Me gustan mucho los niños y me gusta mucho cantarles. A veces, me piden que les ponga el vídeo de Vuelve conmigo.... Y soy muy feliz. Soy muy afortunada y no cambiaría nada".
Llama la atención que, a pesar de haber cosechado una mejor puntuación que otros nombres como Rosa López, Soraya Arnelas o Daniel Diges, no se haya contado con ella y su testimonio para los numerosos especiales sobre Eurovisión que se han realizado desde ese 1995 que todos recordaremos gracias a ella. Eso sí, hace un par de años era preguntada sobre el manejo de la fama y la popularidad, y no pudo ser más sincera: "En ocasiones, me agobió un poco la fama, porque pasé de ser una persona anónima a que todo el mundo me mirara en la calle o a que se pegaran codazos cuando pasaba. De todas maneras, yo tampoco fui tan tan famosa y aun así se inventaron 100 mil cosas sobre mí".
Ahora, refugiada en la tranquilidad que le dan sus clases, Anabel disfruta del fenómeno eurovisivo desde el sofá de su casa... pero sin evitar ser traída a la actualidad ante ese tercer histórico puesto de una Chanel a la que le deseamos un mejor futuro en la música y que la suerte esté más de su lado que en el caso de Conde.
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