El percance de Vanesa Martín en Latinoamérica: "Se me hincharon los labios como si fuera Carmen de Mairena"

La cantante ha recordado una de las anécdotas sucedidas durante el paso de su gira al otro lado del océano
Vanesa Martín presenta 'Placeres y Pecados' en 'El Hormiguero'
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Han pasado dos semanas desde que Vanesa Martín lanzara al mercado 'Placeres y Pecados', ese disco en el que nos muestra mucho de ella. Ese en el que sus canciones son una sucesión de subidas y bajadas en las que nos permite meternos en su alma. A pesar de ese tiempo transcurrido desde que escucháramos el 'tracklist' completo, la cantante malagueña continúa con su promoción que en la noche de este jueves la llevaba a sentarse en el plató de 'El Hormiguero'. Allí, más allá de hablar sobre esos placeres y pecados que lleva por bandera, hubo tiempo para repasar, junto a Pablo Motos, algunas anécdotas de las que ha vivido durante el paso de su gira '7 veces sí' por América Latina. Algunas de ellas, para enmarcar.



Contaba dos, concretamente, que difícilmente se le van a ir de la cabeza. Hace unos días hablábamos de esos regalos que los fans hacen a sus ídolos musicales con Rozalén como ejemplo, con banderas, cartas, muñecos... entre otros objetos. Pero lo de una mujer que se le acercó a ella al otro lado del océano, es de premio gordo. "Una señora se empeñó en que me trajera una bolsa de 40 kilos de cacahuete. Yo dese aquí lo agradezco mucho, pero le dije que si me podía dar solo dos", recordaba con mucho sentido del humor delante del presentador que no daba crédito. Aunque lo que le pasó en México sí que es como para contarlo: "En México me tomé un pisco y la sal naranja que se pone alrededor, se me hincharon los labios como si fuera Carmen de Mairena".

También comentaron esa fiesta de 'influencers' a la que la invitaron y de la que se tuvo poco menos que escapar: "Me fue bien porque soy discreta, pero no me sabía los nombres de mucha gente. A la segunda que me invitaron, en el documental de Dulceida, pensé que me iba a saber todos los nombres, al llegar saludé efusivamente a una que después resultó ser la acomodadora". Pequeños detalles que muestran la naturalidad de esta mujer que ayuda a ligar a sus amigas a través de aplicaciones creadasas para ello. "Me encanta, lo reconozco, le quito el móvil y empiezo yo, cuando él contesta sigo escribiendo textos para mi amiga desde WhatsApp. Es más fácil ligar para otros que para mí misma", era como lo explicaba.



El trabajo de relativizar

¿Y cómo lleva lo de enfrentarse a la muchedumbre del público? ¿Ha sufrido alguna vez un ataque de pánico o algo que se le parezca, aunque haya sido una vez abajo del escenario? La respuesta era elaborada y cargada de esos ejemplos en los que nunca escatima y con los que hace una radiografía del alma: "Iba conduciendo y creía que me estaba dando un infarto, me salí a la cuneta, me eché agua, llamé a una amiga para que viniera a por mí, me llevó al hospital y no pasó nada. Después esto se repetía en los conciertos e incluso tenía preparado un vaso de azúcar, pero en un concierto de Elche me dio un poco fuerte y al bajar del escenario la ambulancia estaba preparada. He hecho un trabajo grande para conseguir relajarme y relativizar".



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