El consejo de Raquel del Rosario para afrontar los problemas: "Buscar soluciones en lugar de lamentarnos"

La cantante se lamenta por lo ocurrido en uno de sus lugares favoritos de California y saca una lectura de lo más positiva, a pesar de ello
Raquel del Rosario realiza una nueva reflexión en su cuenta de Instagram con una valiosa lección
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Raquel del Rosario está de vuelta en casa. Después de pasar unas Navidades -largas- en su Canarias natal, ella y su familia se encuentran ya en California. Hace muchos años que la que fuera vocalista de El sueño de Morfeo puso tierra de por medio y se refugio al otro lado del océano, encontrando una tranquilidad y una calma interior con las que ha dado sentido a su vida. Sus redes sociales, de un tiempo a esta parte, se han convertido en una especie de cuaderno de viaje en el que ofrecernos las experiencias vitales y esas escapadas que hace con sus hijos y su marido al medio de la naturaleza. Y es, precisamente, una publicación al lado de un lugar que para ella es especial y que, a su regreso de España, se ha encontrado con un imprevisto.

"Este río fue nuestro descubrimiento y refugio en 2020, aquí no nos confinaron en casa, pero al cerrar todo, solo nos dejaron parte de la naturaleza como opción, bendita opción", comienza escribiendo la cantante al lado de unas imágenes en las que se puede observar, con claridad, la belleza de ese paraje. "Hemos seguido viniendo, siendo testigos de su naturaleza cambiante, la última vez estaba completamente seco", continuaba antes de entrar en detalles de lo que ha sucedido y que la tiene tan apenada.



Unas palabras para interiorizar

"Este invierno está habiendo muchísimas lluvias en California y esperábamos verlo más lleno que nunca, pero al llegar nos encontramos con un paisaje completamente diferente, el agua había bajado con tanta fuerza que se había desbordado arrasando con una gran cantidad de árboles, los árboles donde tendíamos las toallas y bajo los que hacíamos nuestros picnic o dormíamos la siesta. Los caminos de acceso eran ahora una explanada de rocas y troncos, estaba tan cambiado que no fuimos capaces de identificar aquellos rincones que habían sido tan especiales. '¡Oh no!, ¿dónde está la roca isla?', decía Leo", ahondaba en el relato antes de llegar a esa parte de reflexión y de conclusiones.

"Me quedé un rato allí sentada con un sentimiento extraño de desolación, aquel lugar ya nunca volvería a ser el mismo, habíamos pasado días realmente bonitos allí. Observé como los niños empezaron a buscar soluciones como la de intentar colocar troncos para poder pasar de un lado a otro, como trataban de descifrar por donde cubría menos para ir caminando, familiarizándose con los nuevos recorrido del agua", eran las palabras que nos llevaban hasta la lección a aprender: "Pensé que al final la vida era aquello, un río cambiante, y que la reacción de los niños, aunque pareciese un simple juego, era la más sabia. Hacer de lo que tenemos en cada momento lo mejor, buscar soluciones en lugar de lamentarnos. Porque vivir apegados a lo que fue nos priva del ahora, un presente donde lo más útil que podemos hacer es comenzar a construir el futuro sin olvidarnos nunca de jugar".

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