Leo Messi, muy emocionado, necesita un pañuelo en su despedida del Barcelona: "Así se lo prometí a mis hijos"

El argentino no puede contener las lágrimas durante su discurso de adiós del club en el que ha estado más de 20 años. Lo hace arropado por su familia
Leo Messi no puede contener el llanto en su despedida del Barcelona tras 21 años en el club culé
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A las 11.59 de la mañana de esta domingo llegaba al Camp Nou Leo Messi. Era el momento más complicado de su carrera. Sin duda. Su salida del Barcelona se ha producido de una manera abrupta, porque las condiciones económicas que una estrella de su talla exigen, no están al alcance de un club tremendamente mermado en el terreno de la tesorería. Así las cosas, el argentino se disponía a despedirse de todos aquellos que le han servido de soporte durante los 21 años en los que ha vestido una camiseta blaugrana que, al menos de momento, no volverá a lucir más.

Como ya vimos en el caso de Sergio Ramos en su despedida del Real Madrid, su familia ocupaba los primeros puestos de una sala abarrotada y en la que sus compañeros, con caras muy serias, también tenían un lugar privilegiado. Sus tres hijos, Thiago, Maeto y Ciro, y su esposa, Antonella Rocuzzo, eran el mejor de los arropos para un trago muy amargo. De hecho, a esta última le vino bien estar tan cerca, porque apenas pisó esa sala donde iba a producirse su comparecencia, convenientemente trajeado, las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

Antonella sacó un pañuelo de papel que le tendió a su marido. Este, se dio la vuelta para secar los ojos, tomar aire durante un par de segundos y recomponerse antes de, con la voz quebrada, comenzar a pronunciar unas palabras que le costaba sacar de su boca. "Buen día. La verdad que no sé si voy a poder hablar. En estos días estuve pensando, dándole vueltas a ver qué iba a decir, qué podía decir... La verdad que no me salía nada, estaba bloqueado, como lo estoy ahora todavía. Es muy difícil esto para mí después de tantos años, de hacer toda mi vida acá. No estaba preparado", eran esas primeras frases con las que iba calmándose y tras las que proseguía: "El año pasado, cuando se armó el lío del burofax sí que lo estaba, pero este año no. este año mi familia y yo estábamos convencidos de que íabmos a seguir acá, en nuestra casa., que era lo que más queríamos. Siempre sobrepusimos el bienestar nuestro y de seguir disfrutando de esta vida en Barcelona, tanto en lo deportivo como en lo cotidiano, que es maravillosa".

Leo Messi se seca las lágrimas antes de comenzar su discurso de despedida del Barcelona

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Era el turno de poner en valor esa familia que ha construído en la Ciudad Condal. Porque allí, además de muchos triunfos en lo deportivo, se ha alzado con no menos hitos en lo íntimo y personal. "Hoy me toca despedirme de esto. Toda mi vida acá. llegué siendo muy chiquito, con 13 años. Después de 23 años me voy con mi mujer, con tres catalanes argentinos, y no puedo estar más orgulloso de esta ciudad a la que, estoy seguro que, después de unos años fuera, volveremos, porque así se lo he prometido a mis hijos", manifestaba, dejando una puerta entornada a la que poder llamar en un futuro, si fuese menester regresar.




Ovación a la altura de su grandeza

Tras agradecer de manera genérica a todos los compañeros que ha tenido durante más de dos décadas de despliegue de uno de los fútboles más brillantes de la historia, explicaba: "Traté de manejarme con humildad, con respeto y así lo hice con toda la gente de esa casa. Espero que eso es loq ue quede de mí a parte de la suerte de todo lo que pude darle al club. Pasé muchas cosas hermosas, también malas, pero eso me hizo crecer y ser la persona que soy yo. Di todo siempre por este club, por esta camisetsa. Desde el pirmer día que llegué hasta el último y me voy más que conforme".

Y por supuesto, no podía olvidarse de ese público que tanto le ha aplaudido y al que tantas tardes de gloria ha ofrecido en el Camp Nou y en tantos otros campos de fútbol españoles, europeos y allende de las fronteras del viejo continente: "Agradecer el cariño de toda la gente, de siempre. Me gustaría haberme despedido de otra manera. Me hubiese gustado hacerlo con gente, en el campo, poder escuchar una última ovación de ellos, un último cariño. Los extrañé mucho durante todo este tiempo de pandemia, poder festejar un gol con ellos, escuchar una ovación coreando mi nombre".

"Si lo hubiese imaginado, lo hubiese imaginado con el estadio lleno. Pero se dio así y vuelvo a agradecerle el cariño, que siempre fue el mismo. Siempre los sentí, el reconocimiento y el amor, como yo también hacia ellos y hacia este club. Ojalá pueda aportar en algo para que este club siga dándoles lo mejor y siga siendo el mejor del mundo", remataba antes de dar paso al turno de preguntas de la gente y de llevarse una ovación de los presentes de más de un minuto que era interrumpida por el presentador del acto, consciente de que a Leo Messi se le podría estar aplaudiendo durante meses sin que fuese excesivo.

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