Julia Janeiro deja al descubierto uno de sus defectos con una frase reveladora: "Tengo que aprender..."

La hija de Jesulín de Ubrique desvela algunos de sus secretos mejor guardados en una ronda de preguntas con sus 'followers' en Instagram
Julia Janeiro confiesa uno de sus mayores defectos a través de una ronda de preguntas en Instagram
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Desde antes de alcanzar la mayoría de edad, ya tenía los focos alumbrando su cabeza. Julia Janeiro supo antes de celebrar ese 18 cumpleaños lo que significa ser 'hija de' y tener la presión mediática susurrándote en el oído. Muy pegada a la espalda. Lo cierto es que la estrategia desconcertante que ha tenido en las redes sociales no ha ayudado, para nada, a que la atención se diluya. Sus idas y venidas, abriendo y cerrando su cuenta de Instagram, y las reflexiones que ahí hace -así como alguna que otra colaboración con marcas que ha dejado patente que el camino de ser 'influencer' no le disgusta del todo-, han provocado que la bola de nieve mediática se agrade.

Este jueves, volvía a hacer una de esas ruedas de preguntas a través de sus 'stories' para saciar la curiosidad de sus 'followers'. Y, una vez más, dejaba al descubierto algunas de sus debilidades. De esos secretos tan bien guardados hasta el momento en el que ha decidido exponerse de cara a la opinión pública -para gran disgusto de su padre, Jesulín de Ubrique, que ya le habría dado más de un toque de atención por ello-. Y a pesar de que muchos piensen que su ruta lógica debería desarrollarse por el universo de las redes sociales, ella ha dejado muy claro que no, que quiere seguir formándose: "Quiero seguir estudiando, empezar nuevos proyectos y mejorar muchas cosas de mí misma". Añadía, además, sobre en qué se ve dentro de 10 años: "Me veo trabajando en lo que me guste, graduada y viajando mucho".

Julia Janeiro responde de esta manera tan clara a las preguntas de sus followers

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Aunque, quizás, la parte más llamativa de esas confesiones llegaba en esa parte en la que daba a entender que podía manejar su imagen de otra manera. "Tengo que aprender a pensar las cosas antes de hacerlas", era esa especie de examen de conciencia con el que, a la vez, dejaba a la luz uno de sus mayores defectos. Porque si ser calmado y reflexivo para tomar las decisiones adecuadas antes de ejecutar nada es una virtud, lo contrario, al menos, sería un defectillo. Al margen de desvelar que mide 1,58 metros, a pesar de que en las fotos que comparte pueda dar la sensación de que es más grande, también sacaba a la luz que su carácter es más dulce de lo que haya podido aparentar en estas primeras apariciónes públicas: "Cuando quiero a alguien me desvivo por esa persona. Ya no soy tan orgullosa ni rencorosa como antes".



Un gesto de amor a su padre

Cuando cumplió esos 18 años, lo hizo en Madrid, junto a la familia de su pareja, el futbolista Bryan Mejía. Por supuesto, hubo voces muy críticas que se alzaron para afearle que no lo hiciera con sus padres, Jesulín de Ubrique y María José Campanario. También era obvio que, desde algunos sectores, se iba a comenzar a especular sobre si la relación con estos era tan buena como se creía o si, por el contrario, esa nueva vida de la joven en Madrid había abierto heridas entre ellos. Sin embargo, semanas más tarde de ver cómo esta salía de las grabaciones de 'El Desafío', el programa de Antena 3 en el que veremos al diestro, junto a estos, también le dedicaba una cariñosa publicación en Instagram a Jesulín que terminaba de despejar toda duda sobre el amor que se profesan.




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