La importancia de la vitamina D durante el confinamiento: ahora es más necesaria que nunca

Desde que se decretó en nuestro país el Estado de alarma, son muchos los que se han visto confinados en pisos pequeños, sin apenas luz natural, y están empezando a notar cierto cansancio y agobio, además de insomio, ansiedad, decaimiento… Las consecuencias de varias semanas de confinamiento ya se están dejando sentir en la población. ¿El motivo? La falta de vitamina D en el organismo. Aunque no nos demos cuenta, la luz del sol tiene una gran importancia para nuestra salud. Gracias a esa vitamina, nuestro organismo absorbe con mayor facilidad el calcio necesario para mantener sanos nuestros huesos, y favorece también al funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Por si fuera poco, es un componente esencial para el sistema inmunológico, y actúa como antiinflamatorio. Sin olvidar, por supuesto, su cualidad más común: cómo influye en nuestro estado de ánimo.

Sin embargo, debemos saber que el sol es la principal fuente para conseguir la vitamina D, pero no la única. Según los expertos, con la luz del sol cubrimos hasta un 90% de estas necesidades, pero, ¿de dónde sacamos el 10% restante? Es a ese porcentaje mínimo al que nos tenemos que aferrar durante el confinamiento, sobre todo si no contamos con acceso directo a la luz del sol.

Vitamina D en nuestra dieta

La falta de luz hace que tengamos que recurrir a ola siguiente fuente de vitamina D más efectiva: los alimentos. Los productos más ricos en este nutriente son el pescado azul (el salmón, la sardina, la caballa o el arenques). Podemos comprar pescado fresco o utilizar conservas de anchoas o atún, como alternativa para nuestros menús. El aceite de hígado de bacalao es una fuente concentrada, con tomar una cucharada al día tendrás la dosis diaria necesaria.

Además del pescado, existen otros alimentos ricos en vitamina D que podemos añadir a nuestra dieta, como el aguacate, los champiñones, las carnes magras, distintas verduras y los lácteos. Por tanto, una de las mejores opciones es crear una dieta equilibrada en la que contemos con 3 o 4 raciones de pescado a la semana, yogures y quesos y mucha fruta y verdura.

Trucos para aprovechar la luz del sol

Si, además de introducir estos alimentos a tu dieta, tienes acceso a luz del sol, te recomendamos que aproveches cada rayito que veas, sobre todo entre las 9 y las 11 de la mañana, que son horas en las que el sol no es tan agresivo para neustra piel. Los expertos recomiendan tomar el sol unos 10 o 20 minutos al día. Si no hace demasiado frío, permite que el sol te dé en la mayor cantidad de piel posible, pero aplícate siempre protección solar, aunque vayas a estar poco rato, sobre todo si estás aplicando algún tratamiento específico (anti acné, rejuvenecedor, para la rosácea, etc).

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