La confesión de Arturo Valls sobre el momento en el que se encuentra la relación con su hijo: "Todo mal"

Es una de esas caras más que reconocibles de la pequeña pantalla española y estábamos deseando verle de nuevo al frente de un espacio de entretenimiento. La espera por el regreso de Arturo Valls a la parrilla de programación llegaba a su fin en la noche de este miércoles, que era cuando se estrenaba '1%', ese concurso de preguntas al frente del que se ha puesto. Antes de que pudiéramos ver la primera entrega, se sentaba en 'El Hormiguero' para dar algunas claves de ese formato, pero también para confesarse sobre diferentes asuntos de su vida personal y profesional.

Por ejemplo, ese día en el que estuvo a punto de dejar de ser parte del equipo de reporteros de 'Caiga Quien Caiga', el espacio que la reportó la fama nacional. "Antes de empezar la segunda temporada de ‘Caiga quien caiga’ me llamaron para decirme que no estaba a la altura del programa. Me dijeron, tal cual, que era un reportero de segunda en un programa de primera", revelaba, provocando la reacción empática inmediata de Pablo Motos, quien reconocía que le dolía "hasta escucharlo". Él daba su sitio a quienes apostaron por su continuidad: "Me salvaron Wyoming, Tonino y Pablo Carbonell que se plantaron, y pidieron que me dieran una segunda oportunidad". Es más, ponía el acento en que, todo lo que ha conseguido a lo largo de una carrera fuera de toda duda, es gracias a ellos y a aquel plante.

El día que Arturo Valls pudo ser 'chico Almodóvar'

Como curiosidad de esta charla, Valls revelaba cómo estuvo a punto de convertirse en un 'chico Almodóvar'. ¿Con qué película? Pues con 'Los amantes pasajeros', para la que se plantó en la lectura de guion. ¿Qué es lo que pasó? Lo explicaba con sinceridad, pero sin dejar a un lado ese pellizco de sentido del humor que le pone a todo: "Almodóvar entendió que no era el idóneo para el papel, buscaba a alguien más mayor, y se lo dio a Antonio de la Torre. Me dio rabia por no poder vivir la experiencia".

La vergüenza que hace pasar a su hijo

Esa misma ironía y buen rollo eran las que empleaba para narrar la manera en la que, con el paso de los años y la llegada a la adolescencia, ha cambiado la relación con su hijo. Antes, todo lo que hacía "era guay" para ese joven que ya tiene 15 años y que siente vergüenza de algunas de las cosas que hace Arturo. "Todo mal. La frase que más oigo ahora es: 'Papá, para por favor'. Estoy apunto de pasar de ser un padre guay a uno que no. Antes me lo reía todo, pero ahora quiero seguir siendo ese padre guay y ya no funciona".

Por si necesitábamos ahondar en el asunto, incluso ponía algún ejemplo concreto para que nos pusiéramos en situación: "A lo mejor llego al colegio y le digo: 'Vámonos, bro'. Y le da vergüenza. Me aprendo frases de ahora, pero las tiro mal". Y añadía: "En los semáforos, antes tocaba el claxon con una mano y el techo con otra y los chiquillos flipaban. Ahora con 15 años le preguntan si su padre es gilipollas". Señales inequívocas de que su hijo ha llegado a esa edad en la que necesita sus límites y su espacio.