El desastre en la cocina de 'La última cena' provoca las lágrimas de una Melyssa Pinto superada y "estresada"

La ex de 'La isla de las tentaciones', sufre un ataque en directo tras las críticas a los caracoles y el cachopo que cocinó junto a Tom Brusse
Melyssa Pinto, completamente rota tras su desastre en la cocina de 'La última cena'
Telecinco.

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Tenía que ser una noche de emociones fuertes, porque ver entre fogones a Melyssa Pinto y Tom Brusse, después de la montaña rusa en la que se instaló su relación hace ya varios meses, tenía todos los ingredientes suficientes para el morbo. También, porque no les habíamos visto desenvolverse en la cocina mano a mano, y la curiosidad por si sería un instante romántico, un momento para tirarse las cazuelas a la cabeza o una mezcla entre ambos escenarios. Pero lo que sucedió no estaba ni en el peor de los guiones para ella, que terminó llorando y con unos chorretones de máscara de pestañas más que significativos recorriendo su cara.

La cara de los chefs una vez les presentaron los platos que habían eleborado, eran un cuadro. Sin necesidad de abrir la boca, lo decían todo. Miguel Cobo y Begoña Rodrigo eran los encargados de echarles la reprimenda correspondiente después de haber pasado "un mal rato" al ver a la expareja a la que conocimos en 'La isla de las tentaciones' en la cocina. "No se ha tomado muy en serio la importancia del caracol", se quejaba el cocinero, que había hecho hincapié en la dificultad que tenía manejarse con esa materia prima. Era en ese momento cuando se descubría a una Melyssa deshecha y con los signos evidentes en su rostro de haber llorado.




"Ha habido una desorganización brutal", ahondaba en la herida Cobo antes de que Pintohiciera lo único que podía hacer en esa tesitura: darle la razón. "No se me da bien la cocina, no sé cortar la carne y fatal… un 'show'", eran sus palabras aún my afectada y antes de confesar que se había sentido "estresada" durante la prueba. Tom, salía a su rescate. A dar la cara por la parte de responsabilidad que le tocaba: "Es la primera vez que cocinamos juntos, antes cada uno cocinaba lo suyo. Es verdad que como equipo no hemos funcionado". Esta última frase podría resumir a la perfección lo que fue su historia de amor: un quiero y no puedo lleno de tiras y aflojas que remató con él marchándose con Sandra Pica -con quien, por cierto, ahora tampoco está como pareja-.




Miguel proseguía con su bronca, empezando por insistir en la poca destreza que habían tenido a la hora de manipular los caracoles de una manera correcta: "Si no está bien limpio lo único que puedes hacer es intoxicar a uno". Ella se justificaba como beunamente podía: "Me daba asco pero he hecho cuatro lavadas y cuando no salía caca he parado". Durante el momento de la elaboración, Begoña le advertía a Pinto que un amigo suyo murió por una intoxicación por unos caraoles que no estaban bien limpios. Esta solo reaccionaba a lágrima viva, completamente superada por una situación que le era extraña.

Pero eso no era todo. Aún quedaba el segundo plato: un cachopo. Bueno, Alba Carrillo lo bautizaba como "una cachoporquería". La parte exterior no quedó bien frita y lo cierto es que el aspecto que presentaba no era para nada apetecible. Una manera de rematar el menú acorde a todo lo que se había visto mientras trataban de desenvolverse en un espacio que, a todas luces, no es el suyo.




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