Verdeliss hace público su posparto más doloroso: “Perdí el control y nada me consolaba”
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Lo de Verdeliss con su octava hija Deva fue un auténtico flechazo. La influencer dio a luz como siempre había soñado, en su casa, rodeada de sus hijos y de su marido Aritz, en el calor del hogar. Y no solo eso sino que también vivió algo histórico que se produce en muy pocos nacimientos, un parto velado en el que su pequeña nació con la bolsa sin romper, algo que cree que les mantendrá siempre unidas. Y ahora, a pesar de tener algún problema con el suelo pélvico al que está poniendo remedio, también ha calificado su posparto como algo maravilloso.
Cada vez que ve a su bebé, siente unas mariposas en el estómago que no había sentido nunca antes con sus otros hijos, algo que ha calificado como mágico y que le llena de emoción cuando piensa en ello. Pero no todos sus pospartos han sido buenos, porque han sido de todos los colores y ha querido visibilizarlos para dejar claro que no existe la perfección y que no todos los nacimientos son iguales, ya que con uno de sus hijos llegó a rozar la depresión y tardó mucho en aceptarlo como su hijo, algo que ha querido contar sin ningún tapujo para que otras madres puedan contar también sus experiencias.
El posparto de Verdeliss en el que rozó la depresión
“¿Cómo calificarías tu posparto? ¿Bueno o malo? Yo diría que dos de ellos los transité muy dolorosos”, ha comenzado diciendo Verdeliss en su cuenta de Instagram. “Recuerdo pasarlo muy mal durante el embarazo de Laia, temiendo repetir la experiencia del posparto de Irati”, ha comentado en referencia a su segunda y tercera hija, aunque por suerte solo sucedió finalmente con la segunda, el que fue su segundo posparto. “Tras dar a luz a Irati, fueron dos meses donde no dejé de llorar…día y noche. No sabría definiros mi sentimiento, porque ni yo misma me entendía y eso me frustraba más aún”, ha recordado.
“Perdí el control. Solo sabía que me “ahogaba” emocionalmente, que me costaba vincularme a ella…y que sentía desgana y apatía ante la vida. Y que nada me consolaba. Con el tiempo, fui mejorando”, ha expresado. “Con Julen fue menos agudo, pero me atormentó más tristeza de la que podía afrontar. Y el látigo de la culpabilidad no ayudaba…pues había tenido un parto “de libro” y un bebé sanísimo. Sin embargo, mi yo interior no lo vivenció así”, ha dicho refiriéndose a su cuarto hijo. Y el resto, “ni fú ni fá…regulinchis!”, excluyendo el posparto de su séptima hija, que nació prematura y fue mucho más complicado y totalmente distinto. “Se aleja del debate que quiero sacar a relucir, sobre una sociedad que idealiza un posparto ante un nacimiento comprendido “normal””, ha querido dejar claro.
Verdeliss crea debate al hablar del posparto
Aunque su intención no ha sido asustar sino crear debate: “para terminar con la nota positiva…preparaos mentalmente, pero os garantizo que también existen las experiencias más allá de buenas: exultantes de felicidad!!!”, ha querido dejar claro. “A mí me ha costado 8 hijos descubrirla y doy gracias. Gracias por ese cosquilleo de primer enamoramiento cada vez que miro a Deva, gracias por reordenar mis prioridades, gracias por ser más asertiva para cumplirlas, gracias por ayudarme a quererme más a mi misma y gracias por ser más consciente de la maravillosa familia que tengo. Y frenar un poco el ritmo para aprender a disfrutarla. Bendito engranaje de hormonas o biología…o lo que sea, que se puso de mi lado”, ha concluido, en referencia a ese parto velado que le dejó completamente asombrada.
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