La razón científica por la que el olor de un bebé genera un vínculo inexplicable con el adulto que lo sostiene

"El viernes quedé con mis compañeros de máster, un máster que hice hace años, y dos de ellos se hicieron pareja, ¿vale? Y acaban de ser papás por cuarta vez, tienen cuatro peques. En esa cena, para poder venir, vinieron con el bebé, que tiene tres meses, que se llama Blanca". Mar Amate nos explicaba, en '¡Buenos días, Javi y Mar!', esa experiencia de este fin de semana antes de revelar qué fue lo más repetido entre todos ellos: "Estábamos con el bebé, que todos nos peleábamos por tenerlo. Entonces, había una conversación común que era: '¡Qué bien huele!'".

Acto seguido, daba esa explicación científica sobre la que se sostiene esto: "Y acabo de encontrarme justo con un artículo que uno de los doctores más prestigiosos de pediatría indica por qué nos gusta tanto el olor de los bebés. Indica que el olor de la cabeza del bebé activa el circuito de recompensa de nuestro cebrero. ¿Esto qué hace? Que cuando tenemos a un niño en brazos y nos llega ese olor, lo que queremos es tener al niño todo el tiempo en brazos y sujetarle. Porque, al mismo tiempo, esa fragancia es una herramienta que crea vínculos entre los seres humanos. Ahora me explico por qué, en esa cena, todos queríamos estar con Blanquita".

"Para mí, lo más inexplicable es cómo huele un bebé recién parido. Es una cosa inexplicable. No se me olvida ese olor del bebé recién nacido. La llevas ahí a fuego", era la aportación de Javi Nieves en ese audio que ya puedes escuchar dando al 'play' sobre la imagen de la parte superior de esta noticia y que se encargaba de cerrar la propia Mar así: "La naturaleza es sabia, para crear justo esos vínculos de los que se hablaba".

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