El 'show' con el que Madonna narra "la historia de mi vida", conquista Barcelona: así lo vivió CADENA 100

Impactante al instante, carisma personificado, capaz de provocar casi sin siquiera intentarlo. Un artista nato que dejó su pequeño pueblo natal y llegó a Nueva York con 22 años y con toda su vida en un par de maletas. Christopher Delmar Caldwell estaba, de alguna manera, destinado a ser la persona que subiera al escenario del Palau Sant Jordi de Barcelona y presentara a la estrella de esta noche; Madonna.

"Lleváis esperando esto mucho tiempo. De hecho, algunos habéis esperado alrededor de 40 años", gritó Caldwell, más conocido como Drag Queen Bob, con su vestido de gala blanco y dorado y su peluca estilo María Antionette. En realidad, fueron 40 años y 90 minutos, mientras Madonna nos hacía esperar un poquito más, pero, cuando las primeras notas de 'Nothing Really Matters' retumbaban en los altavoces de Palau Sant Jordi, realmente no importó.

Así comenzó el espectáculo de 'Celebration', una experiencia que no solo honró su arte inigualable, sino que también celebró su resiliencia en el escenario de la música. Tras su apoteósico inicio en Londres y su paso por Bélgica, Dinamarca y Suecia, esta gira se ha convertido en un recorrido por la asombrosa carrera de Madonna, una carrera que ha abarcado más de cuatro décadas de innovación y provocación.

Un español que "apesta"

"Este espectáculo es la historia de mi vida", nos dijo (en inglés) después de confesar que "my Spanish sucks" y agregó que, además de la música y el baile, también seguiríamos su vida a través de los acontecimientos y las personas que la tocaron a lo largo de los años. Personas como Prince y Michael Jackson, cuya música se mezcló perfectamente con la de Madonna durante el show, hasta Beyoncé y Sam Smith, cuyo 'Unholy' ayudó a que la interpretación de 'Like A Prayer' fuera tan impactante y provocativa como lo fue en su estreno en MTV en 1989.

Incluso pudimos vislumbrar el futuro gracias a la participación de los hijos de Madonna en el espectáculo. La guitarra acústica de David en 'Don’t Tell Me' tocada desde una caja de vidrio flotando muy por encima del público y la aparición de Mercy tocando el piano de cola en 'Bad Girl' nos dieron una señal de que, además de un legado, Madonna bien podría dejarnos una dinastía.

El concierto ofreció una serie de impactantes puestas en escena que variaron desde un extravagante baile de drag queens para 'Vogue' hasta un combate de boxeo disputado en tres ring con una pelea/baile de cinco luchadores perfectamente coreografiada durante 'Erotica'.

Mucha Madonna por delante

Mientras cantaba 'Live To Tell' vimos pasar los rostros de quienes perdieron la vida a causa de la epidemia del SIDA, muchos de ellos amigos, colaboradores y compañeros destacados de la noche neoyorquina que daría a luz a Madonna al principio de los años 80. Con su estilo típico y desafiante, siguió este emotivo momento con una versión acústica, y sorprendentemente potente, del himno disco 'I Will Survive'.

La voz de Madonna brilló a lo largo del concierto, destacando su destreza vocal y su capacidad para llevar a la audiencia a través de décadas de música. La energía desbordante y la presencia en el escenario de Madonna confirmaron su lugar como una de las artistas más grandes de la historia del pop.

La gira 'The Celebration' es una carta de amor de Madonna a sus fans, un recordatorio de su espíritu indomable y su posición como una de las artistas más influyentes de la música pop. El concierto en Barcelona fue una actuación deslumbrante y multifacética que celebró el asombroso viaje de la Reina del Pop y nos dejó a todos celebrando su legado perdurable.

Su mensaje de despedida fue claro: "Todavía estoy en pie". Y lo demostró con un concierto que quedará grabada en la memoria de sus fans durante años.