Pablo López emociona a Madrid: de sentirse "como Coldplay" a la sorpresa final al lado de su sobrina

El colibrí -que tanto le caracteriza- se podía ver por todos lados. En el escenario, colgado en el cuello de todos sus fans e, incluso, en la piel de aquellos que habían decidido ponerse una calcomanía para hacer más amena la espera hasta que se empezaran a escuchar los primeros acordes. Diez minutos pasaban de las 21:30, Pablo López entraba al escenario al son de su último 'single', 'El abrazo más grande de todos los tiempos'. La espera bajo el sol había merecido la pena, "por fin está aquí", se escuchaba a decir a un grupo de personas que habían estado esperando desde las cinco de la tarde. El malagueño empezaba la canción sin su preciado piano. Con el micrófono en mano recorrió el escenario para ver más cerca a los afortunados que estaban en las primeras filas, para después entonar 'La Niña de la Linterna'.

"Me siento como Coldplay tocando de día", bromeaba mientras se tomaba un tiempo para beber agua y hacer un pequeño descanso. "Madrid somos todos, no es una campaña política. Es una verdad. He venido a hacer música. Soy feliz", continuaba mientras la gente no dejaba de corear su nombre y le pedían sus canciones favoritas, como 'El Mundo -que llegaría más tarde-. Con 'Quasi' se cayó el recinto. Los gritos y nervios de la gente por escuchar uno de sus mejores temas se podían palpar. Tan solo necesitó un par de acordes para poner a todos los asistentes a dar palmas. El cantante siguió sus el orden que tenía marcado de su 'tracklist'.

Un himno indispensable

Después de varias canciones, hizo una de las confesiones de la noche: "Tengo un orden, pero me he saltado una canción. Si te digo la verdad probablemente esta canción me saltó ella a mi y me sigue saltando; aunque a veces me suelta". 'El Patio' es posiblemente la canción referencia de todas las que ha compuesto. La realidad es que si pienso en Pablo Lopez pienso en el 'El Patio', ese tema es la mejor manera que hay de describirle. Únicamente tuvo que decir la primera palabra para que todos sus fans la cantaran a coro. La emoción se podía palpar. Solo había que mirar la cara del propio Pablo en las pantallas para ver como cada vez que toca ese tema el ambiente se vuelve muy especial.

Entre la sucesión de temas, llegó una gran sorpresa. El malagueño interpretó una de las canciones por antonomasia de Joaquín Sabina, 'Pongamos que hablo de Madrid'. Madrid y Pablo son uno como recordaba al contar un concierto que dió en la Sala Caracol en el año 2013. También pudimos escuchar 'Mamma no', 'Mariposa' y 'Te espero aquí'. Hasta que decidió hacer un juego cómplice con el público, que lo ha bautizado como 'Juego de Tonos' y 'El ritmo justo'. En este concurso retó a sus fans a dar palmas al ritmo de 'Pájaros de Barro' y de 'Estoy hecho pedacitos de ti', de su gran amigo Antonio Orozco. Dos canciones sorpresa con las que emocionó al público que las cantó a pleno pulmón.

La traca final

También anunció que, en el viaje de su estancia en Alicante, después de hacer una parada en su gira, ha escrito una cancion nueva, que aunque no sabemos cuándo va a salir, lo más seguro es que sea un número 1 igual que los que se pudieron escuchar en el concierto. Uno de los momentos más especiales fue cuando Pablo Lopez le pidió a su técnico de luces, Lluís, que dejara el escenario a oscuras y con las linteras de los asistentes se iluminó todo el parque para que el malagueño pudiera cantar 'Lo saben mis zapatos'.

En el recinto se encontraban algunas de las personas más importantes de la vida de Pablo López, pero, sin duda, la gran protagonista fue su sobrina, Carmen, de tan solo cinco años. La pequeña que, salió al escenario en hombros de su padre -el hermano pequeño del cantante-, le pidió que, por favor, cantara su canción favorita, 'Unikornio'. Y se despidió con 'Tu enemigo', dándole un beso a su piano y un abrazo a los cinco músicos que le van a acompañar durante su gira.