Leiva habla por primera vez del fatídico accidente que le cambió la vida: "Soy un tipo con suerte"

El cantante madrileño ha revelado todos los detalles sobre el día en que perdió su ojo izquierdo, cuando tan solo tenía 12 años
Leiva habla por primera vez del fatídico accidente que le cambió la vida: "Soy un tipo con suerte"

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No es habitual que nuestras grandes estrellas de la música ofrezcan detalles sobre los aspectos más personales de su vida, pero hoy ha trascendido la entrevista que Leiva hizo hace un par de meses en el canal de YouTube de Farid y Diego, dos podcasters mexicanos que invitaron al madriñeñó para hablar de su nuevo disco, "Cuando te muerdes el labio".

Se trata de una charla de más de una hora en la que hablan de su música, de sus canciones, de estas catorce colaboraciones del disco, pero también de su pasado, su presente y su futuro. Lo cierto es que hubo tiempo para hablar de muchas cosas y el cantante parecía estar de lo más cómodo con los dos presentadores, así que se atrevió a revelar algunos detalles desconocidos sobre su vida que hasta ahora habían sido tabú.

Bueno, o que simplemente no se había dado la ocasión para hablar de ello. Nos referimos a cómo Leiva perdió su ojo izquierdo. Tal y como ha querido contar el artista en primera persona: "Yo tuve un accidente muy joven, con 12 años, y perdí el ojo izquierdo. Fue muy traumático para mis padres, pero no mí", desvelaba con toda naturalidad durante la entrevista, "Estaba en el hospital con un brazo roto. Me había caído con un skate, porque yo era un niño muy inquieto. Y después tuve el accidente con una pistola de perdigones", detallaba para ponernos a todos en antecedentes.



"Fueron dos accidentes simultáneos y esa pistola de perdigones hizo que dejara de ver inmediatamente por el ojo izquierdo", relata. Sin embargo ha querido dejar claro que él nunca lo vio como un problema, a pesar de haber vivido esta traumática experiencia a tan corta edad: "El trauma que generó fue para mis padres, más que para mí, porque yo quería salir del hospital a jugar a la pelota". cuenta despreocupado, "Yo no podía hacerme cargo de que había perdido las tres dimensiones porque yo quería jugar y vivir, entrar y salir", que añade, "Ahora me doy cuenta del poso tan importante que ha tenido en mí y en mi música".

Con la perspectiva del tiempo, el cantante ha aprendido a dominar sus carencias visuales y gracias a su paciencia y temple eso le ayudó a entrar en el maravilloso mundo de la música: "Tuve un proceso importante de tiempo en el que no podía hacer algunas cosas y tuve que ir tranquilizando mi inquietud y empecé a conectar con la música muy pronto", explica.

También recordó la conversación que mantuvo con el celador que le trasladó desde la sala de urgencias al quirófano. Así explica cómo en menos de un minuto paso de vivir una tragedia a ver las cosas de otra manera: "Me preguntó cómo me llamaba y me dijo que era un tipo con suerte", explica, "Piensa de todas las cosas que puedes perder que tengas dos ¿cual es la menos importante? El ojo", le contaba para que se tranquilizara, "Tu vida va a ser exactamente igual que era antes de ayer. Te va a costar un mes de adaptación. Eres un tipo con suerte".



Leiva cuenta cómo aquella breve charla, casi un monólogo, le ayudó a asimilar algo tan grave como es perder un ojo y revela que le costó varios años poder interiorizar ese trauma infantil. "La importancia del mensaje de ese tipo en un momento así, en treinta segundos, son una lección de vida", explicaba el artista durante una de sus entrevistas más siceras.

"No creo que sea ni consciente de que fue una ayuda para toda la vida", añade, "Solo me dijo que mi vida iba a ser igual y que me iba a costar un tiempo". Pero lo cierto es que en ese momento él no veía las cosas tan positivas como el celador: "Yo iba con mi brazo roto, la cara reventada y pensaba "suerte de qué, cabrón", bromeaba.

Y ahí le tenemos, veintinueve años después, convertido en uno de los artistas más grandes de nuetro país. Con una colección de discos que muchos ya quisieran y con un nuevo trabajo que le está dando todas las alegrías del mundo. Tal vez con lo del ojo no tuvo suerte, pero sí, sin duda, en todo lo demás. ¡Nos ha encantado conocer esta historia! Gracias por compartirla con todos.

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