'Children Of The Moon', la otra realidad infantil

Fin de las vacaciones de Navidad y comienzo del Tiempo Ordinario en la Iglesia que se prolongará en su primera parte hasta el 2 de marzo en que se dé inicio a la Cuaresma. Aún quedan las resacas de jueguetes y regalos que los Visitantes de Oriente cada año dejan en los hogares la madrugada del 5 al 6 de enero. Nada mejor que concluir así el periodo navideño que ha sido entrañable y familiar respetando siempre las restricciones que se debían observar. En la retina de muchos queda la felicidad y satisfacción de niños y grandes al recibir presentes, evocando el oro, el incienso y la mirra que dejaron los Magos ante el Niño Jesús.

Es un buen momento, ahora que nos encontramos en el mes de la Infancia Misionera recordar a esos niños de los que solo se habla en reportajes del Tercer Mundo o de lugares cercanos a nosotros cuyo denominador común no es carecer de jueguetes en estas fechas, sino en carecer de lo más elemental para vivir.

Una canción con ritmos para evadirse

Un tema que viene muy al hilo de esto es 'Children of the Moon', de Alan Parsons, banda londinense. Esta canción proviene del álbum Eye in the sky. Los comienzos del grupo en 1975 abrió un formato de rock progresivo que s eprolongó en la banda hasta 1990. En 1982 publican este álbum -el sexto- donde se incluye el citado tema. La letra aboga por el recuerdo de tantos niños que no tienen lo imprescindible para vivir. No tienen mares donde nadar ni tierra donde correr y comer. Desde la luna observan una tierra atornillada en sus riquezas y estos pequeños observando la imposibilidad de disfrutar como lo hacen los demás. Incluso les falta de lo necesario.

Lo peor de todo es que se encuentran en un mundo sin esperanza que no ansía de nada porque cree que lo tiene todo, pero no repara en lo más fundamental que es la posibilidad de tener para sobrevivir. Lo más triste es que nos encontramos perdidos en ese ambiente de desesperación que no lucha por nada quen no plea por conseguir algo porque está anestesiado. El ritmo pegadizo del tema está creado a propósito para comprobar la facilidad con que nos evadimos de los hechos reales.

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