Los 7 errores básicos que no debes cometer a la hora de hacer gazpacho para no arruinarlo por completo
- Jose Aguilar
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Llega el verano y, con él, las altas tempertauras y la necesidad de poner en nuestra mesa platos más resfrecantes. El gazpacho es un buen ejemplo de ello. Un alimento típico de esta época del año y, además de socorrido, muy sano y acorde con los valores de la dieta mediterránea. Sin embargo, aunque parezca tan fácil como picar los ingredientes básicos para su elaboración -tomate, pepino, ajo y pimiento verde y añadirle, sal, aceite y vinagre-, lo cierto es que hay que tener una serie de consideraciones previas a ponernos manos a la obra en la cocina.
Recopilamos los siete errores en los que no debemos incurrir a la hora de ponernos a hacer un buen gazpacho si no queremos arruinarlo y tener que llamar por teléfono para que nos saquen del apuro recurriendo a la comida a domicilio. Aunque lo primero es recordar los ingredientes tipo con los que se elabora en gazpacho tradicional:
- Un kilo de tomates maduros
- Medio pepino
- Un diente de ajo pelado
- Un pimiento verde sin pepita
- Cuarto de litro de aceite de aceite de oliva
- 100 gramos de miga de pan duro
- 300 mililitros de agua muy fría
- 50 mililitros de vinagre de jerez.
1. Triturar todos los ingredientes a la vez
Este es el primer fallo en el que se puede incurrir a la hora de realizar este plato frío: creer que el orden de los factores no altera el producto y meter todo de golpe en el vaso donde vayamos a triturarlo. Primero se tritura la verdura con el aceite de oliva para, una vez tengamos una textura ideal, añadir la miga de pan -prevaimente puesta a remojo en el agua muy fría- y el vinagre y darle un segundo golpe de batidora. ¿Por qué se hace así? Para evitar que aparezcan grumos y que no quede con una textura uniforme.
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2. Añadir pimiento rojo o cebolla
No, el pimiento rojo no es uno de los ingredientes de este plato. La razón por la que no se emplea es porque la potencia de su sabor puede tapar el del resto de componentes. Si somos muy amantes del mismo, lo ideal es adornar el plató con unos topezones una vez servido en el plato, pero nunca incorporarlo al triturado. Tampoco la cebolla forma parte de la receta tradicional y, en el caso de añadirse porque seamos grandes amantes de la misma, que se haga en una proporción pequeña para que su sabor, ya de por sí intenso, no tape al resto de ingredientes.
3. Salar antes de triturar
La sal no se debe incorporar, en ninguno de los casos, durante el primero de los triturados. Lo ideal es hacerlo después, para no correr el riesgo de que se nos vaya la mano y quede demasiado salado. De esta manera, dejándolo para la parte final de la elaboración, podremos rectificar a nuestro gusto de una manera óptima.
4. No medir bien las proporciones
A pesar de que haya quien se piense que el gazpacho es una sopa de tomate, no lo es. Es mucho más que eso. Así que debemos tener cuidado a la hora de conseguir el equilibrio perfecto entre el tomate -al que sí hay que reconocer el protagonismo que se merece- y el resto de hortalizas que se emplean en su realización. Si bien es cierto que a cada uno le gustará de una manera determinada y que se puede jugar con el gusto de cada casa, no menos lo es que, si nos pasamos con el tomate, estaremos hablando de algo que no es gazpacho en el sentido más purista de la gastronomía.
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5. Servirlo caliente o echar cubitos de hielo para enfriarlo
No, no es una buena idea echar cubitos de hielo para tratar de enfriarlo si no le ha dado tiempo a tener el punto de temperatura ideal desde su confección hasta el momento de ponerlo sobre la mesa. Esto lo único que provocará es que haya exceso de agua, se alteren las proporciones y que se nos quede, para que nos hagamos una idea, como una copa aguada. Tampoco es recomendable tomarlo demasiado caliente, porque esa no es su esencia. ¿La solución? Tener paciencia y esperar a que la nevera haga su trabajo.
6. Cuidado con el ajo y el vinagre
Pasarse de la raya con estos dos elementos básicos, puede hacer que el gapazcho se eche a perder, así que las proporciones son una norma imprescindible, así como el tipo de ambas cosas que empleemos. En el caso del, habrá que elegir uno que tenga un sabor suave, como lo es el de variedad morada. Si no, hay un truco infalible: cortarlo e introducirlo en un vaso de agua y vinagre durante 10 minutos para quitarle intensidad. En cuanto al vinagre, lo ideal sería utilizarlo de Jerez, que da el punto de aroma perfecto.
7. Que los ingredientes no sean de calidad
Tampoco da igual utilizar cualquier ingrediente. Como en todo en la cocina, la materia prima juega un papel fundamental en el resultado final que obtengamos. Y como recomendación que debería estar en el ABC del amante del gazpacho, la elección de los tomates es básico: serán de las variedades de rama o de pera.
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