La gran lección de Marta de 24 años tras perder la vista por un accidente doméstico: "Volver a ver el mar"
Redactora
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El coronavirus nos ha brindado numerosas lecciones de vidas, muchas las hemos aprendido a lo largo de nuestro confinamiento al darnos cuenta de lo bonita que es la rutina y la normalidad. Disfrutar de los pequeños placeres de la vida como una cerveza con nuestros seres queridos y amigos. Pero también hay grandes lecciones de vida que hemos aprendido gracias a las historias desgarradoras de muchas de las personas.
El caso de Marta, una joven de 24 años, nada tiene que ver con el coronavirus, pero sí con la suerte que tenemos con nuestro sistema sanitarios. Esos sanitarios que se han convertido en nuestros héroes en estos duros momentos. Por eso, Marta, con su historia y con su grito para pedir ayuda con la campaña 'SALVEMOS MIS OJOS' nos da varias lecciones.
Marta, originaria de Terrassa, con 22 años decidió marcharse a Estados Unidos, concretamente a Seattle para mejorar el idioma y vivir una nueva experiencia. Allí encontró el amor y decidió quedarse. La joven española es una aficionada de la cosmética artesanal que hace ella misma en casa. Un brutal accidente que ocasionó que le explotase en la cara una mezcla de sosa cáustica, aceite y agua que preparaba para la elaboración de jabones y cremas artesanales. Un accidente que le ocasionado numerosas quemaduras en la cara pero en concreto y lo más grave es que le ha destrozado las córneas.
Tras el fatídico accidente el pasado 11 de junio, Marta, ha decidido grabar un vídeo pidiendo ayuda para recaudar dinero, ya que la sanidad de Estados Unidos es muy diferente a la de aquí: “Se nos olvida el increíble sistema médico social que tenemos, en España. No valoramos lo que otros países no tienen”. Debido a su situación como inmigrante no había tenido acceso a un seguro médico que, de tenerlo, tampoco le habría cubierto muchos aspectos.
Marta antes de sufrir el accidente frente al mar
La gran lección de Marta con tan solo 24 años
A lo largo del vídeo, Marta, muestra su gran fortaleza y se muestra con una actitud de lo más positiva en cuanto a su situación médica e incluso a la esperanzadora noticia de poder volver a recuperar la vista. Pero en un momento dado, la joven se emociona al confesar: “Confío en volver a ver el mar o en leer un libro en frente de Torredembarra”.
A su difícil situación se le une la pandemia mundial que imposibilita que su familia pueda estar junto a ella en estos duros momentos. Una joven que ha visto cómo su vida de un día para otro: “Porque bajé la guardia o por un descuido”, sin querer martirizarse, le cambió la vida.
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