Esta es la gran debilidad de Samantha Vallejo-Nágera y el lugar donde depositó todos sus sueños
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En la nueva entrega de ‘Masterchef 8’ hemos vivido un momento histórico. En primer lugar, porque en este capítulo se puede apreciar cómo los concursantes se vuelven a poner por primera vez delante de las cocinas después de un largo confinamiento. Para ello, cuando volvieron a las grabaciones hace unos días, Samantha Vallejo-Nágera, decidió ceder su finca en Guadalajara para poder disfrutar de una gran velada. Algo ante lo que la empresaria y cocinera no pudo contener la emoción porque como ella misma confesó ''es su gran debilidad''. Muchos esfuerzos, mucho trabajo y sueños cumplidos en las instalaciones, que ha recogido grandes eventos y algunas más famosas e importantes del país.
Ya el año pasado las cámaras entraron en su finca 'De Natura', en Pedraza, Segovia, pues el pasado lunes nos dejaba conocer la 'Dehesa de Valbueno'. Otra finca que tiene en Guadalajara y que abrió al público en septiembre de 2018. Allí se celebran numerosas bodas y eventos acompañados del catering que lleva el propio nombre de la chef.
La gran historia que se esconde detrás de la finca
En la zona en la que pudimos ver a los concursantes desarrollando la prueba de exteriores es la zona donde normalmente se sirven los cócteles de bienvenida y que hace de antesala de todo lo que ofrece la finca. Ubicada a tan solo 20 minutos de Madrid y con 400 años de historia, esta finca puede llegar a albergar hasta 400 invitados. El menú que se sirve incluye cóctel, almuerzo o cena, barra libre 8 horas, discoteca 5 horas y alquiler de la finca día completo.
La finca fue propiedad de los monjes dueños del monasterio de los Jerónimos hasta 1726, cuando pasó a manos de Tomás de Yriberri Goyeneche, marqués de Valbueno y tesorero del rey. A finales de 1900, la casa palacio de la finca fue reformada manteniendo su estructura inicial. Por ahora Samantha tiene un alquiler de 8 años, del que ya han pasado dos años.
Los salones cuentan con vigas en el techo de madera y de forja que dan el aspecto de un castillo antiguo y cada rincón del jardín está lleno de flores y plantas que dotan al espacio de un carácter mágico. Lo más característico de este espacio es su pinar de más de 400 años de historia que continúa virgen dentro de la finca. Y es que aunque el resto de zonas han sido adaptadas y modernizadas a nuestros días, esta zona sigue prácticamente intocable y con su vegetación salvaje.
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