Juanma Castaño y Miki Nadal: así se ha forjado la bonita amistad de los ganadores de 'MasterChef Celebrity'
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Dicen que del amor al odio solo hay un escalón, pues también ocurre al reves. Miki Nadal y Juanma Castaño, ganadores de la sexta edición de 'MasterChef Celebrity 6', son el claro ejemplo de que los prejuicios, a veces, pueden jugarnos una mala pasada e incluso a veces, son más traicioneros de lo que creemos. Son dos líderes de la comunicación española, de eso no cabe duda, aunque juegan en dos ligas completamente diferentes. Sin embargo, no cabe duda que son dos de los mejores humoristas y periodistas deportivos, respectivamente, en el país. Lo que desconocíamos de ellos es que, detrás de esa 'apariencia' de hombres serios, escondían un lado humano que, hasta la última prueba de la gran final del concurso, desconocíamos. ¡En CADENA 100 te lo contamos!
Como decíamos, entraron en las cocinas del programa culinario con un pie izquierdo, en todos los sentidos, tal y como Jordi Cruz comentó. Detrás de esa fachada, siendo unos auténticos novatos en los fogones, se escondían, por primera vez en la historia los dos ganadores de la edición. Una sorpresa que nadie esperaba, ni los compañeros del programa, ni los familires que estuvieron apoyándolos, ni el propio jurado formado por Jordi Cruz, Samantha Vallejo - Nagera y el 'chef' tres estrellas Michelín, Quique Dacosta. Nadie apostaba por ellos en el comienzo del programa, ni si quiera su entorno más cercano. Y, ni mucho menos, ellos mismos, que lo que se llevan del concurso, el mayor premio, es la amistad que han cocinado a fiego lento durante estas doce semanas.
Era un duelo que, desde que se consagraran como finalistas, prometía pasar a formar parte de la historia del concurso. Pero, durante este programa, no cabe duda que han sido dos de los protagonistas indiscutibles. Sus roces (sanos), su sana competencia y su humor (muy parecido, como afirmó Cruz), han hecho que, más que compañeros de cocinas, se hayan convertido en, prácticamente, hermanos del alma. Incluso compañeros de edición como Terelu Campos bromeaban con que las televisiones del país estuvieran al tanto y vigilando a este dúo histórico y tan cómplice, porque su intervención en este mundo, como pareja de 'talent', seguro que no ha terminado aquí.
Dos menús históricos y un resultado inesperado
Los dos emocionaron mucho, los que lo vimos desde casa no pudimos contener las lágrimas, y no de risa, como ha ocurrido en otras ocasiones con Juanma y Miki. Se abría el tercer acto de la noche y el telón recibía a los dos finalistas, que lo han luchado hasta el final. Como en cada edición, tuvieron que realizar un menú libre. Miki Nadal quiso celebrar un aniversario, ante la atenta mirada de sus familiares, de sus treinta primeros años de vida y apoyado por su mentor, Dabiz Muñoz. Un menú donde recordó a los pilares más importantes de su vida haciendo varios guiños a su madre, que falleció el pasado mes de febrero. Miki se emocionó e hizo llorar al jurado que degustó su manjar. Unos platos impecables, pero sin duda, la guinda del pastel la puso con el postre recordando su infancia cuando, por las mañanas, su madre le preparaba un vaso de leche caliente con galletas y magdalenas. Juanma no pudo contener la emoción y Miki, entre lágrimas, pero con el humor que le caracteriza no pudo evitar soltarle a su compañero de final, "a ver cómo superas esto".
Juanma, en cambio, nos teletransportó a Austurias y a la Castilla más profunda, de la mano de recuerdos familiares. Explicó, con un entrante de marisco, el respeto que le tenía a este producto ya que, en su niñez solamente lo degustaba cuando eran ocasiones especiales, como en Navidad. Nos encogió el corazón y a los que le veían desde la galería, como a su madre. En el segundo plato, donde nos llevaba hasta Castilla, preparó carne ahumada, recordando el olor de los paseos por el campo junto a su padre y el final de una tarde frente a la chimenea. Desde casa podíamos oler los platos quedándonos con la sensación de querer más.
Un duelo que no resultó nada fácil para el jurado que, por primera vez en la historia, dieron el premio más justo hasta día de hoy. En el escalón de los ganadores se situaron los dos, y cuando nadie lo esperaba, Pepe Rodríguez otorgaba el puesto de ganadores a los dos. Se llevan un trofeo, se llevan dinero para donar a dos fundaciones pero, sobre todo, se llevan una amistad que promete dejarnos, por mucho tiempo, momentos inolvidables. ¿Les veremos más veces en cocinas?¿Narrando un partido de fútbol?¿Haciéndo 'shows' de humor por el país?
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