Natalia Sánchez desvela porque muestra solo la cara de su hijo y no la de su hija

La actriz Natalia Sánchez ha desvelado el motivo por el que muestra la cara de su hijo Neo y no la de su hija mayor Lia
Natalia Sánchez junto a sus dos hijos

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La actriz Natalia Sánchez siempre se ha caracterizado por su naturalidad y por compartir con todos sus seguidores sus vivencias como madre y todas aquellas dudas, miedos y decisiones que le surgen. Y una vez más lo ha vuelto a hacer para aclarar una duda que ha surgido entre sus seguidores.

El pasado mes de mayo dio a luz a su segundo hijo, y desde entonces tiene que dividir su tiempo en los dos pequeños que han acaparado todo el protagonismo de la casa. Por eso de una manera de lo más divertida ha compartido una instantánea en la que la actriz aparece disfrutando de un día de verano en la playa con sus hijos. Junto a ella escribía: “¿Qué hago con ellos? Un día me los voy a comer con patatas. ¡Ojo! A veces también los dejaría prestados un rato largo”.

El motivo por el que Natalia Sánchez no saca la cara de su hija Lia y sí la de su hijo Neo

En la fotografía, Natalia Sánchez, agarra en brazos a su pequeño Neo, mientras que sonríe y mira a su hija Lia. Un momento de lo más tierno captado por el papá de la casa, Marc Clotet. Pero hay algo que concretamente ha llamado la atención de uno de los seguidores de la actriz.

“¿Por qué unas veces les tapas la cara y otras no?”, preguntaba una usuaria. “Le he tapado la cara porque salía con cara de ‘estoy a punto de estornudar’ (que es lo que hizo segundos después). En cuanto a seguridad, al peque no pasa nada porque se le vea la cara de momento, porque todavía es muy chiquitín y le va a cambiar muchísimo”, explicaba la actriz.

La dura experiencia de Natalia Sánchez con la lactancia

Hace unos días, con esa misma naturalidad, Natalia Sánchez confesaba la dura realidad de la maternidad y sobre todo de la lactancia. Junto a una fotografía en la que la actriz parece dando de mamar a su pequeño comenzaba contando: “Hace un mes Neo estuvo unos días llorando de forma desconsolada 1-2 veces al día. No parecía nada alarmante, pensé que serían gases, sueño o cualquier tontería. Tras 3-4 días así le pesé y ¡BINGO! Había perdido peso. Que un recién nacido pierda peso es de las cosas que más nos aterra a las madres/padres porque puede ser grave, porque es un tema delicado sobre el que, para variar, todo el mundo opina y porque en caso de lactancia materna, una lluvia de frases te golpean en lo más profundo y “confirman” todos tus miedos…”.

Unas frases como: “‘No tengo leche’, ‘no valgo’, ‘no soy o mi pecho no es suficiente’... frases de ‘Atapuerca’ que a todas nos han espetado en algún momento, fruto de la incultura tan inmensa que hay respecto a la lactancia y que, a pesar de saber que no son ciertas, nos afectan y hacen que nos pongamos en duda a nosotras mismas como madres y mujeres, a nuestra leche, a nuestro pecho… y nuestro entorno inconscientemente también lo hace. Sé que suena muy ‘existencial’ y, para quien no esté familiarizado, hasta ridículo pero no lo es”.

Y es que para la actriz, el problema reside en nosotros: “Lo cierto es que vivimos en una sociedad donde la imagen de la mujer, la lactancia y la maternidad están tan idealizada y son tan lejanas a la realidad que, cuando algo se tuerce mínimamente, se desmorona nuestro castillo, y nosotras detrás. ¡Maldita exigencia…! Bueno, sigo con la historia. Le llevé al pediatra de urgencias y, efectivamente, había dejado de ganar 550g”.

La lactancia en tándem explicada desde la experiencia de Natalia Sánchez

Por eso Natalia Sánchez tuvo que acudir a los especialistas: “Al salir, escribí a una de las mejores si no la mejor asesora de lactancia, con su super equipo que me atendieron y asesoraron con muchísimo criterio como hacen cada día con cientos de mujeres. Tras descartar los motivos habituales, infección, frenillo, etc… y dado que era obvio ‘bajado la producción’ pues no notaba al pecho tan turgente como siempre, llegamos a la conclusión, pediatra incluida, de que podría ser multifuncional pero, sobretodo, creían que podía deberse mayoritariamente a mi estrés, ese terrible y poderoso enemigo, a no comer lo suficiente, por falta de tiempo y organización, a no dormir por razones obvias y otras pequeñas cosas que podían haberse sumado. Me recomendaron que siguiera complementando con leche artificial para recuperar el peso, que era lo primordial, que me fuera extrayendo para no perder la lactancia y, sobretodo, que intentara “bajar ritmo”...”.

Y es que Natalia Sánchez nos encanta, y más cuando nos habla con tanta naturalidad.

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