La tajante decisión de Francisco Rivera y Lourdes Montes con respecto a su hijo que acabaría con el legado de Paquirri

El matrimonio no quiere que su pequeño se dedique al toreo cuando sea mayor, una decisión que sorprende y rompería la tradición familiar
La tajante decisión de Francisco Rivera y Lourdes Montes con respecto a su hijo que acabaría con el legado de
  • CORDON PRESS

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El legado de Paquirri sigue muy presente en los hermanos Rivera. Tanto Cayetano como Francisco continúan con la tradición familiar del toreo y cada vez que salen a la plaza se acuerdan de su padre y mantienen su apellido bien alto. Ambos hermanos tienen un hijo varón que podría dedicarse a lo mismo pero no tienen muy claro si es buena idea que se decanten por la profesión. Así lo ha confesado el propio Francisco Rivera, que ha añadido que a su mujer Lourdes Montes, tampoco le haría gracia que su hijo Curro siga sus pasos.

La herencia de Paquirri es uno de los temas más polémicos que rodea siempre a la familia por su guerra continua con su hermano Kiko Rivera, el hijo de Isabel Pantoja. En varias ocasiones han cargado contra él y las últimas declaraciones de Fran no dejaban lugar a la duda: "No voy a perdonar nunca ni olvidar nunca que desde que tengo diez años no he recibido las cosas de mi padre y eso es una realidad, yo la sé y la sabe quién la tiene que saber, cada uno allá con su conciencia".

Esta vez ha preferido mantenerse al margen y no hablar sobre el tema, evadiendo las preguntas de los periodistas."Entiendo que preguntes por eso, pero estamos en un evento muy bonito y me voy a quedar con esto y no es esos temas que tanto os interesan", ha declarado a Europa Press. Una respuesta a la que no nos tiene acostumbrados ya que siempre suele pronunciarse acerca de la polémica con la familia Pantoja, pero esta vez la ocasión no era la adecuada.

Para Francisco la profesión más bonita es la de torero, sin embargo, ni a él ni a su mujer, Lourdes Montes, les gustaría que su hijo Curro, que cumplirá un año en enero, se dedique a ella. "Esperemos que no, porque aunque es la profesión más bonita, es la más dura y la más sacrificada. No me gustaría ver a mi hijo jugarse la vida delante de un toro, pero si él lo elige, le ayudaré". Unas declaraciones que ha completado con un: "Si a mí no me gusta, a Lourdes imagínate, ella se muere".

Eso no quita que esté muy orgulloso de la manera en la que tanto él como su hermano Cayetano han defendido su apellido a pesar de lo dura que es su profesión. "Hemos pagado felices el precio de esta profesión, lo pagaríamos otra vez si pudiéramos. La crisis ha dado palos a todo el mundo, pero no está de capa caída, las plazas se siguen llenando y eso no lo puede parar nadie, los jóvenes van a todos los tendidos. El toro está en un momento muy bueno a pesar de estar siendo atacado", ha concluido.

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