El carisma de Charlie USG salta de la Gran Vía al WiZink Center

La joven promesa pop se subía al escenario situado en el recinto de la plaza más importante para la música en directo en la capital
Charlie USG durante su actuación en La Sala WiZink de Madrid
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Carlos tiene carisma. Eso es así, Carlos tiene esa capacidad que es imposible que algunos podamos llegar a tener por mucho empeño que le pongamos a intentarlo, leamos libros de autoayuda o veamos charlas de pseudocoaches en YouTube. Carlos tiene el don de atraer o fascinar cuando hace o dice algo, y eso es carisma. Pero Charlie USG es algo más. Charlie USG ha convertido a Carlos, ese joven de casi 22 años, en una esperanza blanca del pop español.

El tipo de artista que es Charlie USG

Existen varios tipos de artistas. Los artistas o intérpretes descubiertos a través de un 'talent show' -a todos nos vienen a la cabeza un buen número de nombres-. Existen otro tipo de artistas que gracias a las plataformas de 'streaming', la prescripción de los algoritmos y con una buena ejecución de un acertado plan de marketing digital llegan a conseguir enormes hits, pero tan efímeros, que nunca se convertirán en clásicos del pop, por lo que es mas que probable que sus intérpretes estarán dentro de 10 años buscando empleo, después de haberse gastado los adelantos de 'royalties' que un sello o editorial le abonaron a la firma de su contrato, porque, claro, lo de los conciertos no va con ellos, son artistas 'digitales e invisibles'. También ha nacido un nuevo tipo de artista gracias a la prescripción del algoritmo de alguna plataforma, haciendo sus millones de 'streams', pero que al mismo tiempo están empezando a hacer el servicio militar de la música, que no es otro que mostrarse en directo, en concierto, construyendo la casa de sus carreras musicales por los cimientos, este nuevo modelo es el de Iñigo Quintero, por ejemplo, que después de su número uno global, está empezando a dar credibilidad a su música con sus directos.




Pero existe otro tipo de artistas, de intérpretes, que son esos que mantienen la esencia de los que ha sido siempre la música popular contemporánea en sus distintas épocas, movimientos y tendencias. Esos que, sea en los años en los que los éxitos se fabricaban desde la radio musical, de MTV, el cine, la sincronización en anuncios o series de televisión o ahora en TikTok. Este tipo de artistas, sea cual fuera la época, mantienen un denominador común: empezaron desde abajo, desde lo más básico, puro y autentico, como es tocar en la calle.

La centenaria calle Gran Vía de Madrid puede ser el mejor escenario del mundo y el mas cruel, una pasarela en la que cada anochecer empiezan a buscar un lugar donde ovillarse mas de una decena de personas sintecho a las que los miles de transeúntes ignoramos. En la calle Gran Vía de Madrid el público puede ser mas exigente que el de la Quinta Vergara en el Festival Viña del Mar: solo tienes uno o dos segundos para lograr captar la atención: si consigues que giren la cabeza hacía ti, es un éxito, hacer que alguien se pare es algo brutal; si, además, cantan contigo, empiezan a seguirte en IG esperando a que anuncies una nueva aparición en la calle, entonces es algo único ¿Cómo ha conseguía Charlie USG esto cada vez que aparecía dando sus conciertos en Gran Via, sólo acompañado de su guitarra, con un puñado de versiones de Pereza, Leiva, Dani Martín y otros clásicos del pop español? Simplemente gracias a su carisma.



De la calle a La Sala WiZink

Charlie USG ha ido aprendiendo el oficio poco a poco, sin atajos, empleando todas las herramientas a su alcance, consiguiendo poner un cemento sólido a las columnas que deberían sustentar una carrera larga a la que en algún momento le llegará el hit o la canción que se cantará en todas las verbenas de España ese año, pero que tampoco la necesitará, puesto que esta construyendo una base de seguidores con el vínculo mas poderoso que existe en la música: la conexión emocional que se establece entre interprete y su audiencia en un concierto en directo, sea en una calle de cualquier ciudad o en una sala como La Sala del Wizink Center, es una experiencia única que crea ese lazo que perdurará en el tiempo entre ambos.

Charlie USG es diferente, lo que compone está alejado de la corriente única de lo urbano-latino-mestizo, hace canciones simples, directas, enérgicas, como siempre ha sido el pop, y por eso su éxito. En directo es un Ferrari a tope de revoluciones, que interpreta 18 himnos que hablan de amor, desamor, ansiedades, anhelos y aspiraciones con las que se identifica su audiencia que canta todas y cada una de ellas convirtiéndose en un coro implacable. Eso sí con 'Semanas' y 'Me da igual', la locura llega a su máximo nivel. Su concierto en la Sala del Wizink fue un 'sprint' de 80 minutos, de energía, pasión y momentos de catarsis acompañado de su banda. Un trío básico de rock, que funciona como un tren de alta velocidad puntual y que nunca descarrila, sin florituras, pero dando la contundencia y la pegada que necesitan las canciones de Charlie USG en directo. Su concierto en La Sala es un peldaño mas en la escalera de su carrera, vendrá Rivieras, Festivales y, seguro que mas pronto de lo que pensamos el WiZink grande.

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