Álvaro Soler regresa para llenar de 'magia' Alemania: las claves de ese trabajo sanador en tiempos de pandemia
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"Pilas cargadas y volvemos a los escenarios". Con esa escueta frase se despedía Álvaro Soler de su respiro vacacional. De esas semanas en las que ha hecho un parón en su actividad para afrontar el calendario de conciertos que tiene por delante y que le va a llevar a recorrer Europa con 'Magia', su tercer álbum de estudio y, quizás, su más especial. Será este miércoles, 11 de agosto, cuando se suba el escenario de esa sala de Bonn, Alemania. Ese destino explica por qué el catalán ha usado el idioma germano para ese 'post' con el que, a la vez, se lamenta de que el tiempo de descanso ha llegado a su fin. Un lugar que no se ha escogido al azar, ya que no se puede obviar que Álvaro es de padre alemán, por lo que conoce más que bien el terreno por el que va a moverse.
Durante todo este mes, girará por ese país, haciendo escalas en ciudades como Rockstog, Berlín, Hamburgo, Hannover o Neumünster, donde pondrá el broche final a su paso por allí el 22 de este mes. Alemania es una de las naciones que Álvaro ha incluido en el calendario de su European Magia Tour que, una vez hecha esta 'tourné', parará hasta 2022. Concretamente hasta el 2 de marzo, cuando desplegará su espectáculo en una de las salas más emblemáticas de Paris: la Bataclan. Luxemburgo, Zurich, Viena, Milán, Bruselas, Varsovia, Praga, Graz... Esos son algunos de los lugares por los que viajará Soler antes de, el verano que viene, regresar a Alemania para rematar esta gira tan internacional en Hannover el 24 de agosto de 2022.
El trasfondo de 'Magia'
Más allá de todas esas nacionalidades del público ante el que se someterá a examen con este álbum está la esencia del mismo. La mayor parte de él se compuso durante la pandemia, y eso es algo que le ha dotado de un carácter muy especial. Tanto como para que él sea consciente de la responsabilidad que le ocupa como parte de una industria que, tras tantos meses de una situación muy complicada a nivel mental y emocional por esas secuelas, más allá de las físicas que hayan podido dejar a quienes se han contagiado, que han dejado los encierros y restricciones en nosotros.
Él mismo lanzó un mensaje de lo más motivador sobre lo que pretendía con este álbum durante la presentación del mismo : "Tengo ganas de darle a la gente esperanza y energía para seguir adelante. Me apetece poder transmitirlo". Advertía, así mismo, como todo el concepto cambió a raíz del confinamiento, ya que se encontraba en pleno proceso creativo y con decenas de proyectos en cartera y el coronavirus "lo frenó en seco… Me dio mucha rabia, porque teníamos muchos festivales de los que yo estaba esperando tocar durante toda mi vida".
Quizás por eso Soler se deslice entre la nostalgia y la aventura de probar ritmos nuevos -se atreve, incluso, a rapear-. Entre la calma que hemos aprendido que es tan necesaria y la revolución de no dejar para mañana lo que nos apetezca hacer hoy, por muy poco urgente que parezca. Soler navega entre dos aguas a través de un trabajo sanador que, ahora, por fin va a poder presentar en Alemania. Porque de eso hablaba meses atrás cuando se lamentaba de cómo la pandemia había truncado sus sueños de tocar en lugares que deseaba desde que era niño. Lo que no sabía es que tan solo se estaban aplazando esas actuaciones para ahora, con la experiencia amarga de aquello, poderlo paladear de manera mucho más dulce.
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