Patricia López Arnaiz más allá de 'Ane': de monitora de comedor en un colegio a lidiar con la fama

La actriz vitoriana, que recibirá este 7 de junio el Premio Nº 1 de CADENA 100, pidió una excedencia para dedicarse a la interpretación. No se equivocó.
Patricia López Arnaiz, galardonada en los Premio Nº 1 de CADENA 100, en una foto de sus redes sociales
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Hasta que irrumpiera en las galas de premios cinematográficos más importantes de España, Patricia López Arnaiz había hecho mucho cine. Y mucha tele. Pero lo cierto es que su interpretación en 'Ane', a las órdenes de David Pérez Sañudo, le ha valido para que se hable de ella como uno de los grandes nombres de la interpretación nacional en estos momentos. No obstante, ya tiene en su casa el Premios Goya, el Feroz y el Forqué por ese papel que va a marcar un antes y un después en su carrera. Y, a partir del 7 de junio, cuando lo reciba en esa gala que tendrá lugar en el Museo Guggenheim de Bilbao, les hará compañía el Premio Nº 1 de CADENA 100.

Para quien no conozca a Patricia -o no la ubique antes de este trabajo que le ha colocado en lo más alto en los últimos meses-, empezó su carrera con pequeños papeles en Euskadi. Era 2010 cuando daba vida a Garazi en '80 días'. Tres años más tarde, era en 'Las manos de mi madre' donde hacía le daban un rol menor. Sin embargo, ese año afrontaría el reto de formar parte de una producción nacional: se metio en la piel de Sandra en 'La herida', la 'ópera prima' de Fernando Franco. Y si bien es cierto que, quizás, sea 'La otra mirada' (TVE) por el trabajo que más se la conozca a nivel nacional, no menos lo es que Movistar+ contó con ella para dos producciones muy ambiciosas: 'La peste' -allí cargó con buena parte del peso de la misma, como Teresa de Pinelo- y 'La línea invisible', donde dio vida a Clara.




Lo cierto es que Patricia, para llegar al punto en el que se encuentra, ha tenido que someterse a varios cambios en los últimos tiempos. Ella misma explicaba en una entrevista reciente que "en los últimos años mi vida ha dado un giro de 180 grados". No miente. Tampoco exagera. Como hemos apuntado, desde hace una década coqueteo con un mundo, el artístico, que era su gran sueño, pero no fue hasta 2017 cuando decidió dar un paso al frente para tomarse en serio lo que hoy es su camino laboral. López Arnaiz, licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, trabajaba como monitora en un comedor escolar por las mañanas, una labor que compaginaba con las tareas de producción en una sala de conciertos. Fue ese año cuando le llegó la oportunidad de interpretar a Rosaura en 'El guardián invisible' y pidió una excedencia en sus trabajos para poder entregarse en cuerpo y alma al rodaje. 'La peste', 'La otra mirada', 'El árbol de la sangre' -a las órdenes de Julio Medem- y 'Mientras dure la guerra', no tardaron en llegar.

El precio de los premios

Así, poco a poco, se dio cuenta de que estaba metida de lleno en el mundillo. Cumpliendo con lo que siempre había fantaseado. También teniendo que cambiar sus rutinas y lo que, hasta ese momento, había sido su día a día. Algo que ha repetido en muchas de las entrevistas que ha concedido desde que 'Ane' le colocara un foco sobre la cabeza. "De tener una vida bastante tranquila, te cambia tu propia rutina, cambia tu profesión. Es tan distinto todo, te podría decir miles cosas no solo de la profesión, sino de la entrega, lo que te supone el tiempo fuera de casa, los picos de emoción, el estrés, todo el tema comunicativo de que se te reconozca, de estar ahí con el foco puesto, en los medios, entrevistas. Podría estar una hora entera o más contándote todo lo que mi vida ha cambiado. Ha cambiado muchísimo", revelaba a un portal especializado en cine.

Hasta el punto que, tras recibir ese Goya que le ha encumbrado y tal y como ella reconocía la pasada semana durante la clausura de la Muestra de Cine Español de Tudela, ncesitó desconectar por completo del mundo del cine. Relajarse, "dejar de pensar, olvidar la profesión y estar en el planeta liberada del trabajo". Para que el público se haga una idea de lo que habla, de la necesidad física que tenía de que le dejaran espacio, ella misma revelaba en ese marco: "Había que sujetarme con pinzas. Estaba muy cansada, fueron unos meses muy agotadores. Después de los premios, me puse enferma y me pasé una semana en el sofá, pedí que por favor no me llamaran, que no me hablaran de trabajo".




Para ella, todo esto era nuevo, puesto que nunca había relacionado ese trabajo con el que se sentía a gusto, más allá de que le proporcionara el salario necesario para vivir -que era lo que sentía con otras ocupaciones que había tenido hasta el momento-. "Tengo la suerte de que se me están cumpliendo los deseos, todavía no he llegado a la frustración", ha llegado a reconocer. Como también que se siente "un poco torpe en el mundo posado", que estar bajo el foco mediático no le está resultado fácil. También, que es lo que más pereza le da de todo el 'boom' que ha experimentado gracias a 'Ane.

Las vueltas que dio su vida

Si queremos bucear un poco más en su historia, en esa vida antes de que encarrilara su futuro, tras terminar la carrera de Publicidad se dio cuenta de que "no tenía el más mínimo interés en trabajar de ello", tal y como confesó a la revista 'Elle'. Patricia hizo un Erasmus en Italia que, para ella, fue "maravilloso" y, al volver, trabajó como camarera para ganarse un dinero con el que se mudó desde el norte que la vio nacer hasta Granada. Allí, se sacó el carné de conducir y, poco después, regresó a Vitoria. Pero "no acababa de encontrarme allí". Así es como, después de haber pobado en varios campos artísticos, como la el dibujo o tocar la guitarra, se dio cuenta de que lo suyo era la interpretación y se matriculó en la Escuela de Teatro Vitoria-Gasteiz 'Ortzai'.




Todas estas pinceladas, las ha ido desvelando en las charlas periodísticas que han proliferado con ella en los últimos tiempos. En su perfil de Instagram, tan solo encontramos 'post' dedicados a su parcela profesional. No muestra qué hay cuando se apagan las cámaras en su día a día. Porque, como ha advertido en alguna ocasión, no sabe hasta dónde llegará esta aventura que se ha ido configurando como por arte de magia. Y si algún día tiene que regresar a su modesta vida de "cuenta cuentos", no tendrá problema. Mientras, está disfrutando de su vida. Y de todas esas en las que se mete como parte de su trabajo.

AGRADECIMIENTOS

La gala de los Premios Nº 1 de CADENA 100 es posible gracias a los patrocinadores y colaboradoras que apuestan por la cultura y arropan una cita tan importante. Gracias a los patrocinadores oficiales: Diputación Foral de Bizkaia, Gobierno Vasco-Basque Country, Ayuntamiento de Bilbao y Metro Bilbao.

Y, también, a todos los colaboradores: Viajes Siguiente Destino, Clínica Sarabia, Apartamentos Rurales La Bárcena, OcioKart Gueñes, Cárnicas Berzosa, Ford Mintegui Vehículo oficial de los Premios, Camping La Ballena Alegre-Costa Brava, Oro Bilbao, Restaurante Tamarises Izarra, Claus Estudio Agencia de publicidad y Productora, Colchonería Lobide, Ascensores Aszende, Modelclinics Clínica Malai, Arson Sony Castro, Reformas Barcala, Lokas por los pelos, Saneamientos Pereda y Centro Comercial Artea.

Patrocinadores de los Los Premios Número 1 de CADENA 100


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