El truco con las migas de pan que puede salvar tu ensalada mal aliñada

Este es uno de los platos más saludables de la dieta, pero también es muy fácil de ''echarla a perder'' si te pasas con el aliño, por suerte hay remedio
El truco con las migas de pan que puede salvar tu ensalada mal aliñada

 

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La ensalada es uno de los platos más ricos y saludables de la dieta. Puede ser una opción principal y también una sabrosa guarnición. Aunque ojo, porque al igual que es un plato fácil y de preparar y óptimo para mantener la línea, también es muy fácil darle la vuelta según los ingredientes, aliños y salsas que se les añade.

No es lo mismo una ensalada con lechuga, cebolla, tomate, atún o pollo; que comerse una ensalada César, que puede convertirse en una auténtica bomba calórica si se le mete pollo rebozado o frito y si se combina como guarnición con una hamburguesa con queso. Por eso, tienes que recordar que una ensalada, para ser la opción ideal a tu dieta y saludable, siempre debe ser ligera.

Que se opte por una opción más sana no quiere decir que sea aburrida, solo que es importante que combines bien los alimentos que incluyes. Si a una misma ensalada echas atún con aceitunas y fruta la mezcla te quedará muy rara y no tendrá ningún sabor. Es más inteligente apostar por una mezcla de ingredientes que den armonía al sabor.

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El momento en el que uno tiende a equivocarse más cuando prepara una ensalada es en el aliño. ¿Qué se echa primero: el aceite, la sal o el vinagre? ¿Y cuánto de cada uno? Lo primero que hay que dejar claro es que el orden es primordial. Primero hay que añadir la sal, después el vinagre y, por último, el aceite. Si echas primero el aceite, los alimentos no cogerán el sabor de la sal y el vinagre. 

Después, solemos tender a excedernos con el aceite y el vinagre. Si nos pasamos con el aceite generalmente no hay gran problema, pero si nos excedemos con el vinagre podemos arruinar una rica ensalada. Afortunadamente, hay un truco que puede corregir el exceso de vinagre. Y es, además, una solución muy básica.Sólo tienes que coger una miga de pan, hacer una bola con ella y echarla dentro de la ensalada. Rápidamente, el pan absorberá parte del vinagre. Puedes repetir la operación varias veces hasta que quede la cantidad justa de vinagre en nuestra ensalada. Un truco de lo más curioso y efectivo que puede arreglar que se haya podido ir la mano de más por las prisas o un despiste, sin tener que arruinar tu menú.

Y otro factor importante: aliña la ensalada justo antes de tomarla. Si no, las hojas de lechuga se quedarán mustias antes de comértelas y el sabor no será el mismo. 

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Por último, recuerda que las ensaladas hidratan y refrescan, son depurativas, protegen la piel y regulan la función intestinal. Son ideales para cualquiera hora del día, pero siempre es mejor tomar ensalada para cenar para dormir sin la angustia de sentirte 'pesado'. Si sigues todas estas recomendaciones, podrás disfrutar de una ensalada riquísima, equilibrada y con el máximo sabor. 

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