Conoce la conexión de la piel con nuestras emociones

Con tantas terminaciones nerviosas se trata del órgano más enlazado con la mente
Piel

 

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Si tenemos vergüenza nuestras mejillas se ponen rojas; si nos asustamos o sentimos miedo lo más probable es que estemos pálidos; al estar felices o enamorados nuestro rostro se ilumina y brilla; si algo nos estremece o nos conmueve se nos eriza la piel. Como un espejo reaccionan la piel y el cerebro ¿aun así dudas que este órgano y nuestras emociones estén conectadas?

Al final, la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y se muestra como libro abierto ante nuestro estado de ánimo o los problemas de salud que podemos estar sufriendo. No todas las alteraciones que aparecen, como alergias, picores o ronchas, tienen que tener origen fisiológico, también pueden ser reacciones psicosomáticas, por lo que su origen podría tener una raíz más emocional. De todas maneras, es más recomendable acudir a un médico especialista si se producen cambios cutáneos, para asegurar que no se trata de un signo de una enfermedad grave.

Gracias a las múltiples terminaciones nerviosas la piel está conectada directamente con el cerebro, captando, procesando y transmitiendo gran cantidad de estímulos en el día a día, provocando que algunos de ellos sí que nos afecten. Además, se ha demostrado que hay ciertas emociones que pueden afectar a zonas concretas, por ejemplo: si aparecen granitos o ronchas en la cara puede ser por un complejo de inferioridad o miedo a perder prestigio; los herpes en los labios y los orzuelos suelen relacionarse con intranquilidad y nerviosismo; si la alteración se produce en la piel de los pies puede ser a causa de insatisfacción. Por ello, al final si nos sentimos bien es más probable que nuestro rostro esté en armonía

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