El error ''viciado'' que no se tiene en cuenta a la hora de hacer unas buenas lentejas

Las legumbres están de celebración por su Día Mundial. Estas populares semillas de la pirámide nutricional son pura fuente de nutrientes y ricas por donde se les mire. De ahí, que durante años las legumbres hayan luchado por tener en el calendario una fecha que ponga en valor todo lo que aportan a la dieta y nuestra gastronomía. Aunque han sido varias las propuestas para dedicarles un día homenaje, lo cierto es que no fue hasta finales de 2018 cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución que establecía el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres.

Y es que, sus beneficios son innumerables: aportan una cantidad de nutrientes, tienen un alto contenido de proteínas y fibra y son muy bajas en grasas (controlando sus combinaciones), además de ser muy saciantes, regulan el colesterol y controlan el azúcar.

Entre todas sus ofertas y posiblidades hay unas con refrán propio: las lentejas. Y es que, ya lo dice el dicho ''si no las quieres las dejas'', aunque todo lo que viene consigo es positivo para la salud y además, están buenísimas. Por lo que lejos de declinar el plato, repasamos propiedades y los errores que se comenten para poder hacer un plato de cuchara de estrella Michelín.

Las lentejas es uno de los platos que no faltan en la mesa de los hogares españoles a la hora de la comida, especialmente en estos meses de invierno. Aunque no suele ser el menú preferido de los más pequeños de la casa, sus propiedades beneficiosas para la salud se cuentan por cientos: hierro, dieta mediterránea, hidratos, vitaminas…

Que sea un plato básico a simple vista, no le quita maña en la cocina, por ello repasamos los cinco puntos más importantes y un error de manual que se comente por el ''vicio'' de verlo generación tras generación:

1. El tipo de lenteja. Aunque seguramente lo desconozcas, hay medio centenar de tipos de lentejas en el mercado, de diferentes formas y tamaños. Los expertos siempre optan por las que tienen unas medidas algo más grandes, por una cuestión estética a la hora de presentar el plato, aunque se pueden encontrar de buena calidad independientemente del tamaño. Por supuesto, mucho mejor las lentejas crudas que las de bote. 
2. Cuidado cómo remojas las lentejas en agua. Es conveniente que, unas diez horas antes del proceso de cocción, remojes las lentejas en agua para acelerar el proceso e intensificar el sabor. Pero ojo, con una hora en remojo es suficiente. En cuanto al tipo de agua, debe ser de mineralización débil. Sin duda, es este paso uno de los más importantes para hacer unas buenas lentejas y el error que más se comete, ya que se está acostumbrado a usar agua de cualquier grifo.. 
3. Cocinarla con el utensilio adecuado. Estas legumbres han de guisarse en una cazuela ancha para que se calienten todas las lentejas al mismo tiempo.
4. Medir las cantidades es esencial. Lo más recomendable son 500 gramos de lentejas por dos o tres litros de agua en cocción tradicional. Se coloca un mínimo de cuatro veces más agua, ya que si ponemos menos se evaporará y se nos pueden quemar las lentejas. Si se quedan sin agua hay que añadir más, siempre caliente. En cuanto al tiempo de cocción, no debe superar la hora, porque las lentejas son unas legumbres pequeñas, planas y delgadas, por lo que no precisan de tanto tiempo. Eso sí, las lentejas, una vez las depositamos en la cazuela antes de cocer, se debe cubrir con agua fría para luego calentarla con fuego fuerte durante tres minutos aproximadamente. Una vez cumplido ese tiempo, se reduce a la mitad.
5. El condimento. A la hora de cocinar las lentejas, podemos incluir un sinfín de ingredientes que potencien su sabor: desde el chorizo, pasando por el tomate rallado o hasta verduras y jamón. Todo vale, pero hay que abstenerse de abusar del sofrito con pimentón si queremos añadir chorizo a las lentejas.

¡A DISFRUTAR!