La liberación de Sara Carbonero al dar este importante paso en su lucha contra el cáncer

Hace un año, Sara Carbonero hacía público que le habían operado de un tumor maligno en un ovario. La noticia llegaba solo un par de semanas después de que Iker Casillas sufriese un infarto durante un entrenamiento con el Fútbol Club Oporto, en mayo de 2019. "Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender. Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de seis letras que todavía me cuesta escribir. Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada", escribió en aquel momento en una publicación de Instagram.

Durante los meses siguientes, Sara se sometió a un duro tratamiento en la Clínica Ruber de Madrid, donde se realiza las pertinentes revisiones. En cualquier caso, la periodista no ha perdido el optimismo en ningún momento, y no ha dudado en ningún momento en compartir este viaje que está haciendo con sus seguidores. Hace unos días, Sara compartía su nuevo look, con el pelo muy corto, un efecto secundario que todos los enfermos de cáncer que se someten a sesiones de quimioterapia sufren.

Con este cambio no de look, sino de actitud, Sara ha recibido un sinfin de elogios por su valentía, y por mostrarse real y fiel a sí misma y a lo que está pasando. Así, ha dado un gran ejemplo a miles de mujeres que, como ella, se enfrentan día a día a esta horrible enfermedad. Durante todos estos meses, Sara ha demostrado ser una auténtica luchadora y siempre se ha mostrado positiva en esta batalla con mensajes llenos de optimismo y a través de la música, una de sus mayores pasiones. También gracias a su familia, su marido Iker Casillas y sus dos hijos, Martín y Lucas, los tres pilares fundamentales de su vida.

El regreso de su familia a España, pospuesto

La periodista y su familia están a punto de cumplir cinco años que se trasladaron a Oporto. Allí gozan de una vida tranquila, alejada del foco mediático y sobre todo es un lugar idóneo para sus dos hijos, Lucas y Martín, de 4 y 6 años, que disfrutan de la playa y de la naturaleza que les envuelve. Sin embargo, tras cinco años en el país vecino, Sara e Iker tenían pensado volver a España, pero la cuarentena les pilló en Oporto, por lo que tendrán que esperar unas semanas más de lo previsto para rehacer su vida en Madrid, con su familia y amigos.

Concienciada con la lucha contra el coronavirus

Durante este último año, aunque Sara ha dejado aparcados sus compromisos profesionales, ha seguido muy activa en redes sociales donde comparte fragmentos literarios y algunos pensamientos siempre positivos como “cuando termine todo esto-porque terminará- quiero que el mundo se llene de primeras veces” de Carlos Gómez B.

Durante la crisis del COVID-19 Sara no ha querido olvidar su papel de Embajadora de Unicef y por eso donó 22.264 pares de guantes y 26.934 mascarillas respiratorias para prevenir el contagio y la expansión del virus. Tanto Iker como ella se han apoyado mutuamente este último año. El guardameta que ha cambiado radicalmente su vida tiene como objetivo presidir la Federación Española de Fútbol.

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