"Consciente de la muerte": el lado más sensible y humano de Santi Millán tras perder a su padre

El actor se sincera en el programa de Jesús Calleja sobre el momento más duro de su vida, tras fallecer su padre de coronavirus al principio de la pandemia
Santi Millán se sincera en 'Planeta Calleja'
Santi Millán se sincera en 'Planeta Calleja'

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Si hay algo súper especial que tiene 'Planeta Calleja', el programa viajero de Jesús Calleja, es la capacidad de conectar desde lo más profundo con los entrevistados. Hace muy poco, aquí en CADENA 100 te contábamos cómo fue la aventura junto a Pablo Alborán en Uganda y ahora ha sido Santi Millán quien se ha dejado llevar y lo ha disfrutado al máximo.

El actor ha atravesado momentos en su vida tan duros que, lo único que ha podido sacar de ello, son enormes lecciones. También de vida, pues al final la única cosa que no tiene solución para el ser humano es la muerte, que él ha sufrido la de su padre. Pero ante ese gran dolor, ha tenido que recomponerse y aceptarlo como ley de vida, a pesar de la razón por la que falleció.

Santi Millán y Jesús Calleja en Etiopía

Santi Millán y Jesús Calleja en Etiopía | Cuatro

De la mano de Jesús Calleja, el actor Santi Millán ha viajado hasta Etiopía. Un viaje que, como de costumbre, se ha convertido también en una charla íntima y emotiva sobre la vida. Ahí ha sido el momento idóneo para que Santi pudiera sincerarse sobre uno de los episodios más dolorosos de su vida: la muerte de su padre por coronavirus, justo al principio de la pandemia. No solo eso, sino que además ha hablado sobre las crisis que ha vivido con su mujer y cómo lo ha superado con éxito, así como de sus hijos. ¡Te contamos los detalles!

El duelo de Santi Millán por su padre

Cuando aún no éramos quizá del todo conscientes de lo que iba a ser la pandemia, que empezó siendo una epidemia y no se empezó a usar las mascarillas hasta marzo de 2020, el padre de Santi Millán fallecía a causa de la enfermedad: "Mi padre murió de covid. Mi padre enfermó en la primera ola, en los primeros días, en ese momento en el que realmente no sabes qué está pasando".



A sus 53 años, habiendo convertido el humor en un ingrediente necesario en su vida, las lágrimas fueron inevitables en un momento tan dramático como aquel. "Solo yo pude despedirme de él. Yo pude entrar con mi padre al hospital y pude quedarme con él porque era dependiente (tenía Alzheimer). Estuve una semana con mi padre en la habitación, día y noche. No había ni geles hidroalcóholicos ni mascarillas... y murió allí", recuerda aún conmocionado. Ni su madre ni sus hermanos pudieron darle el último adiós.

Una vida sin tener conciencia de la muerte

Porque como el propio Santi Millán dice: "En nuestra sociedad vivimos de espaldas a la muerte, la ignoramos, vivimos y creemos que somos eternos. Y pienso que es un error. Porque la gente cree que ser consciente de la muerte te hace vivir peor la vida y yo creo que es al contrario. Ser consciente de que te vas a morir te hace que disfrutes cada minutos de la vida".



Por otro lado, también ha tenido tiempo de sincerarse sobre su mujer Rosa Olucha, con quien lleva casado desde 2009 y han formado una bonita familia con sus dos hijos, ya en plena adolescencia, Marc de 16 años y Ruth de 14. A pesar de haber habido baches importantes en su matrimonio, siempre han sabido remontar. Porque las crisis han sido una oportunidad para ellos. Eso sí, Santi es consciente de que sus hijos ya están creciendo y "la función de un padre es hacer independientes a sus hijos cuanto antes", al igual que considera que "la paternidad no es perfecta y tiene que ser así".



La importante reflexión sobre la empatía

Asimismo, concluye dando una lección de empatía con el otro, como clave fundamental para poder solucionar los problemas. "Una crisis grave la resuelves intentando empatizar, poniéndote en la posición dle otro. Tienes que hacer el ejercicio de pensar que igual el que está equivocado eres tú. Entonces, desde ese planteamiento, la escucha es más activa, es diferente. Porque cuando tu escuchas pensando que tienes la razón, no escuchas, simplemente estás esperando a que se calle, para decirle: 'No'. Cuestiónate siempre, porque el concepto de verdad no es absoluto. Tú tienes tu verdad y yo tengo la mía". Unas palabras que aplaudimos y nos encantan. ¡Bravísimo!


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