Los mejores consejos para volver al trabajo presencial si no tienes ganas de aguantar a tu jefe

Una de las rutinas que recuperaremos y hemos abandonado con el teletrabajo, debido a la pandemia, es la convivencia con el jefe a veces insoportable
Vuelta al trabajo presencial y fin del teletrabajo

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Sabemos que septiembre es un mes complicado y no muy soñado por muchas personas. La vuelta al trabajo se hace complicada y, especialmente este año, significa volver a trabajar de manera presencial. ¿Y qué sucede cuando vas a la oficina en vez de quedarte teletrabajando en casa? Que tienes que aguantar a tu jefe o jefa. No siempre es fácil, ya que esto puede suponer sensaciones no demasiado agradables como inquietud, ansiedad o mal humor. En definitiva, puede derivar en un rechazo a incorporarse a la presencialidad que, si no se gestiona bien, puede acabar generando una sensación de profundo malestar. Desde iFeel, una plataforma de ayuda psicológica, te dejamos diez consejtos para ayudarte a que te sientas mucho mejor.

1. No te marques imposibles. A veces la mejor manera de cuidar las relaciones es asumirlas como son y conservarlas en el punto en el que están para que no vayan a peor. Esto es lo que sucede cuando no tenemos la suerte de contar con un jefe agradable, solvente, abierto y disponible, sino con alguien con quien no encajamos y con el que siempre tenemos que esforzarnos para que fluya la comunicación.

2. No pretendas cambiar a la gente. Las relaciones nos cambian, pero solo si a nivel individual estamos abiertos y dispuestos a dejarnos influir por el otro. Tu jefe tiene sus carencias o características que a ti no te gustan, y algunas de ellas no van a transformarse en virtudes solo porque te empeñes en ello.

3. No quieras que tus jefes sean como tu familia o tus amigos. En función de nuestras necesidades relacionales, a veces buscamos de manera inconsciente establecer con nuestro jefe una relación de la que esperamos que nos aporte diversión, reciprocidad… Un jefe puede aportarnos todas esas cosas, pero debe hacerlo siempre desde su rol.




4. Aprende a gestionar las diferencias en la relación. Por mucha confianza que tengáis, tu jefe es tu superior y hay que conservar ciertas distancias. Que os llevéis bien no significa necesariamente que seáis amigos, y que tú le aprecies no quiere decir que él/ella te aprecie de la misma manera. Cada uno tenéis diferente responsabilidad dentro de la relación, no sois dos iguales que trabajan juntos.

5. Transmite seguridad. No tienes que ser agresivo o enérgico para aportar a tu jefe una imagen de seguridad, basta con que le transmitas confianza en ti mismo y comprensión de las instrucciones que se te dan y que, por supuesto, le hagas ver que el trabajo está bien hecho. Los jefes al final valoran más los resultados que las palabras.

6. No te dejes intimidar. Algunos jefes pueden ser duros, inaccesibles o imponer mucho por su nivel de autoridad y conocimientos. Sea como sea, también son personas: se equivocan, enferman, se agobian, dudan… Respetar a tu jefe no es vivir con miedo, sino saber observarle con sus cualidades y sus defectos para que os podáis comunicar.




7. No te machaques tratando de impresionar. Sobre todo cuando acabamos de llegar a una empresa, o cuando sentimos que por alguna razón nuestro rendimiento está en entredicho, apretamos el acelerador y queremos demostrar en exceso nuestras capacidades. Sin embargo, muchas veces eso nos puede llevar a sobreactuar o a resultar cargantes. Nuestras capacidades al final se demuestran por los resultados que vamos produciendo.

8. Demuestra que le escuchas y le entiendes. Los jefes buscan empleados autónomos, pero se ponen muy nerviosos cuando tienen la sensación de que los empleados hacen lo que les parece, sin tener en cuenta las instrucciones que se les han dado. Haz que tu jefe perciba que recibes con atención sus mensajes, comunícaselo y ponlos en práctica, es justo lo que necesita para sentirse bien contigo.

9. Expresa qué cosas te hacen estar mejor. Dile qué necesitas para sentirte bien o, al menos, qué cosas te hacen sentir mal. Esto no siempre es posible, porque requiere un gran nivel de confianza entre ambos. No obstante, siempre que puedas, transmite a tu jefe directa o indirectamente qué actitudes funcionan mejor contigo y cuáles hacen que rindas peor.

10. La sinceridad por delante. Todos queremos manejar la información con habilidad para que no nos perjudique, que el jefe no puede solucionar o es mejor que resolvamos por nosotros mismos. Sin embargo, la actitud ideal para que la relación funcione es siendo sinceros, admitir los errores, pedir ayuda y dar opiniones cuando de manera honesta y no hiriente.

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