Los tatuajes y el verano: descubre las claves básicas a seguir para no llevarte ningún susto

¿Te has hecho o estás a punto de tatarte ahora que viene la época estival? Atento a estos trucos para que todo vaya sobre ruedas
Los tatuajes y el verano: descubre las claves básicas a seguir para no llevarte ningún susto

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Los tatuajes están a la orden del día. Actualmente, se identifican como una práctica moderna. Sin embargo, comenzó siendo una costumbre milenaria practicada por diferentes culturas. Con el paso de los años, para muchos ha dejado de tener un significado y ha pasado a ser algo estético. Es por esto por lo que muchos consideran el verano como el mejor momento para hacérselo, ya que al llevar menos cantidad de ropa se lucen más. Sin embargo, otros prefieren esperar a invierno al tener más facilidades para llevar a cabo las curas. No obstante, los tatuadores apuntan que no suele haber inconvenientes siempre y cuando se sigan las recomendaciones de los profesionales. A pesar de ello, los dermatólogos no lo aconsejan.

Existen varios argumentos que justifican que es mejor esperarse a que bajen las temperaturas para tatuarse. Uno de ellos es que, al estar más desprotegidos de los factores externos al dejar la piel al descubierto, su curación puede llegar a ser más tediosa. El riesgo a sufrir infecciones es más elevado, por lo que se tendrían que extremar las precauciones. De la misma manera, los profesionales aconsejan evitar la exposición al sol.

"Hay hipótesis que indican que la fotoexposición, combinada con los tintes presentes en los tatuajes, pueden originar tumores en las zonas tatuadas. Además, con el sol es posible que disminuya la pigmentación del tatuaje", declara Francisco José Gómez García, dermatólogo del Hospital de Montilla, para 'CuídatePlus'. Por este motivo, es importante usar crema solar de alta protección en la zona tatuada para evitar la incidencia de los rayos del sol.

Los tatuajes y el verano: descubre las claves básicas a seguir para no llevarte ningún susto



"En verano, los tatuajes grandes tienen que estar un mes sin que le dé el sol. Los pequeñitos, con dos o tres semanas es suficiente. Y no puedes meter el tatuaje ni en la piscina ni el mar durante dos semas. Si justo te vas a ir a la playa, no es buena idea hacerse un tatuaje", dice por su parte Beatriz Fernández, tatuadora profesional, en declaraciones a COPE. "El sol no puede dar a las tatuajes porque son como una cicatriz y, como todas las cicatrices, con el sol se puede expandir", aclara.

Asimismo, cuanto más elevan las temperaturas, más suda una persona, por lo que hay una mayor salinidad en tu piel. Esto puede dar problemas para curar la herida, por lo que también se recomienda no hacer deporte los primeros días del tatuaje.

De la misma manera, aunque tengas mucho calor, no debes bañarte ni en el mar ni en la piscina hasta que el tatuaje cicatrice por completo. Esto se debe a que podría borrarse parte del dibujo o infectarse con mayor facilidad por las bacterias o el cloro. Al igual que no se recomiendan los baños calientes: "Son peores los baños calientes y prolongados. El objetivo es evitar la maceración de la herida", apunta Gómez.


El verano también tiene ventajas

En relación a esto, también se debe evitar el mar para evitar que te pique una medusa. "Las picaduras de insectos o medusas producen una inflamación local que dificulta el correcto curso de la cicatrización", explica el sanitario. Aunque puede ser lo mismo con los mosquitos, cuyas picaduras también aumentan con las altas temperaturas.

Por otro lado, no debes rascarte. Al tratarse de una cicatriz, un tatuaje comienza a curarse cuando sale la costra y, por lo general, en ese momento sentimos picor en la zona. Es por esto por lo que hay que evitar rascarse a toda costa porque puede facilitar la infección, alterar la forma del tatuaje o quitarse parte de la tinta si te arrancas la costra. Lo mismo sucede si te rascas por una picadura u otro motivo.


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"El verano es una época donde recomendamos hacer el mínimo de procedimientos estéticos posibles, ya que la gran mayoría de ellos provocan cierta inflamación que, con la exposición solar, puede conducir a una hiperpigmentación post-inflamatoria (aparición de manchas marrones de meses de duración). Asimismo, las microperforaciones del tatuaje se pueden infectar más fácilmente con el baño en aguas públicas”, explica Dídac Barco, dermatólogo especialista en láser en el centro Corium Dermatology de Barcelona, en 'La Vanguardia'.

Sin embargo, tatuarse en verano también tiene ciertas ventajas porque para la curación se recomienda tener la zona al aire, lo que es más fácil llevar a cabo cuando hace calor. "Los tatuajes cicatrizan con el aire. Siempre hay que lavarlo para que no se infecte e hidratarlo un poquito", apunta Fernández, aunque insiste en que "es importante taparlo si da el sol". Es por esto por lo que la tatuadora cree que lo mejor es "organizar los tatuajes": "Hay que organizar los tatuajes en una fecha en la que puedas tener unos días libres para poder curártelo bien y llevarlo al aire. También depende de la zona en la que te lo vayas a hacer. Por ejemplo, si es en los pies, es súper recomendable que luego tengas días libres para poder llevarlo al aire, si el tatuaje es grande. Los pequeños cicatrizan muy rápido y con esos no tienes que tener tantos cuidados".


Cómo curarlo en verano

Sea invierno o verano, siempre debe cuidarse el tatuaje para evitar cualquier tipo de infecciones. El tatuaje debe taparse durante unas horas con un apósito para evitar el contacto con el exterior o la ropa. Cuando ya ha pasado el tiempo recomendado, se quita y se limpia con agua y jabón. A continuación, se seca al aire o con pequeños toquecitos con papel. Los próximos 30 días, es importante limpiar la zona con jabón neutro y, después, emplear una pomada antibiótica. Asimismo, después hay que hidratar la zona con crema para que la piel recupere su elasticidad.

Por otro lado, en el caso de que se infecte, se lleva a cabo la misma cura que si se tratase de una herida corriente. Se debe emplear suero fisiológico o agua, más algún antiséptico o antibiótico local. Si es una infección más severa, habría que emplear un antibiótico oral, aunque estos casos no suelen darse.



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