''Yo el mío y tú el mío también'': La estocada definitiva de Kiko Rivera a su madre Isabel Pantoja

Kiko Rivera no dudó en entrar en directo en 'Viva la vida' tras ver a su mujer rota y desbordada por todas las críticas que está recibiendo

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Actualizado 15:12

Si algo ha demostrado Kiko Rivera es que a su mujer nadie le toca. Y claro, ver a Irene completamente rota y llorando en 'Viva la vida' hizo que Kiko no pudiera controlarse y saliera a dar la cara por ella delante de toda España. Lo que nadie esperaba es que el hijo de la tonadillera todavía tenga mucho guardado y qué decir sobre su madre Isabel Pantoja, a quien le dio la estocada definitiva.

No cabe duda que la situación entre los dos está mal, pero después de estas palabras las cosas podrían romperse para siempre. Kiko no pudo ser más claro y más duro contra su madre la pasada tarde en el programa en el que colabora su mujer. ''Mi madre es la culpable de todo. No mi mujer, nadie más que ella'', decía con dureza. Y no terminaba ahí, ya que aprovechó para nada más comenzar su intervención, enviar un recado a su madre: ''Te recuerdo que tienes 3 nietos y aunque tengas un problema conmigo, tus nietos no merecen quedarse sin abuela''. Kiko no entiende que el hecho el que guarde silencio, porque ''que no le hable a él lo entiende, pero que deje de lado a sus nietos es imperdonable''.

Sobre la situación que viven

Kiko, tras hacer un repaso por todo lo que han vivido, reflexionó en voz alta: ''Sinceramente se ha abierto un poco la caja de Pandora y claro, no sé como decirlo para no abrir más frentes, pero es que es complicado callarse. Quiero entender que la gente está ahora hablando porque algunos tienen dolor y cuentan su verdad, otros puede que están siendo un poco oportunistas. El caso es que esto era un tema tabú y ahora esta saliendo todo y así es como me estoy enterando cosas. Yo me estoy enterando de gran parte por los medios y es mi madre la que me lo tenia que haber dicho. Me estoy enterando de todo. Hacerlo ahora, a mi edad, y que siga mi madre sin sentarse conmigo y que no me de ni una explicación... Que alguien se ponga en mi pellejo'', decía muy molesto. ''Pero señores, que ella no deja de decir que me he gastado el dinero en cosas y sí, MI DINERO, EL MÍO. Pero que a nadie se le olvide que ella también se ha gastado el mío, mi dinero (...) Seguro que estará destrozada, pero ya te digo que es la verdad. Conforme más leo y me entero de cosas ese amor por ella se convierte en rabia. Mi madre me tiene hipotecado hasta la médula'', reseña molesto.

Un daño irreparable

Kiko solo espera una llamada, una que nunca llega: ''Yo ya me siento decepcionado y ahora miro por mí, mi mujer y mis hijos. Yo el día que vuelva por Cantona y ojalá sea muy muy tarde será el día que mi abuela no esté. Será el último día que vaya'', cuenta con dolor. ''Yo ya no tengo nada que hacer allí. No soy yo el que tiene que dar este paso. Porque me he cansado de ser yo el que de un paso al frente. Cuando se enfada con mi hermana, el pasó yo, cuando pasa algo yo o mi prima Anabel a defenderle. Ella nunca. Ya estoy cansado o me llama ella o no te voy a llamar, mamá. Ahora, sí digo que yo no voy a hablar más de esto pero también te digo que como siga hablando de mi mujer yo sigo para adelante'', afirma con cierta contradicción y deja una advertencia en alto.
Y añade más: ''Mi intención es vivir con tranquilidad y que mi madre me de las explicaciones. Mi intensión no es hacer un circo de todo esto. Yo quiero que todo esto frene y esto solo lo puede hacer ella. Estaría bueno que la llamase yo. No lo voy a hacer. Que haga lo que tenía que haber hecho desde hace tantos años. Coge las cosas de papá y dáselas a sus hijos. Hazlo. Te vas a sentir mejor contigo misma. Hazlo'', reprocha a su madre. ''En el momento en el que tu haces algo asi, todo lo demás pasa a segundo plano. Lo que pasa es que si tienes que aceptar, pedir disculpas y aceptar que te has equivocado y ella no lo va a hacer'', le dice señalándola con crudeza.

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