La emotiva historia de Billy, el perro que cojeaba al andar por un extraño motivo

Los perros son nuestros mejores compañeros. Su fidelidad no es equiparable a la de ningún otro animal. Es más, muchos son la única compañía de la que disponen algunas personas, convirtiéndose en parte fundamental de sus vidas. Como decimos, su fidelidad, su cariño y su predisposición a ayudarnos en todo momento los convierten en una parte imprescindible de muchas familias. Este es el caso de Russell Jones y Billy, su lurcher de raza inglesa.

La cojera de Billy que sorprendió a su dueño

Russell Jones sufría una lesión en su pierna que le obligaba a hacer uso de las muletas para caminar. Como de costumbre, su fiel compañero, el incansable Billy, le acompañaba de un lado a otro. Pero cuál fue la sorpresa de Russell cuando comenzó a cerciorarse de un extraño comportamiento en su pequeño amigo. Desde hacía unos días Billy parecía que cojeaba al andar. Como es lógico, Russell, preocupado, optó por analizar la situación con detenimiento y proceder a llevar a Billy al veterinario para conocer el origen de la cojera de su perro.

Sin embargo, los resultados que arrojaron las pruebas que se le realizaron a Billy fueron realmente sorprendentes, según informaron en el diario Mail Online. El animal, por fortuna, no sufría ninguna lesión ni dolencia que pudiera afectar a sus patas para caminar. Pero los veterinarios no se quedaron ahí y trataron de explicarle a Russell el posible motivo que hacía caminar de esa manera a Billy. Según los expertos, Billy estaba imitando la cojera de Russell.

La actitud del adorable can dejó sin palabras a su dueño, incapaz de poder asumir que su perro estaba imitando su cojera. "Me costó 300 libras en honorarios de veterinario y radiografías. Nada malo. Solo simpatía. Lo amo", escribió Russell Jones en sus redes sociales. En ellas, Russell recibió todo tipo de mensajes comentando la curiosa actitud que había tomado su perro.

Los animales y sus imitaciones a los dueños

Según han confirmado diversos especialistas, el comportamiento del animal no es algo extraño. Todo lo englobaría el sentimiento de empatía que lleva a algunos animales a imitar las acciones que ven a sus compañeros. Algunas razas incluso imitan a sus pares, aunque en el caso de los perros se amplía a imitar lo que hacen sus compañeros humanos. Y lo hacen si excepción, incluso en situaciones incomodas como la que estamos relatando, en la que el perro tenía que ir cojeando todo el tiempo para trasladarse de un lugar a otro.

Según el diario británico Mail Online, en 2011 se descubrieron las primeras evidencias de imitación por parte de perros a sus dueños. El estudio realizado por la Universidad de Viena apuntaba que la mitad de los perros analizados veían en sus dueños una figura de respeto (alfa) a la que trataban de copiar su comportamiento. Este comportamiento se repetía independientemente de que se tradujera o no en alguna recompensa.

Una de las participantes del mismo, Friederike Range, aseguró que este hecho conductual sugiere que “al igual que los humanos, los perros están sujetos a una ‘imitación automática’: no pueden inhibir la tendencia a imitar el uso de la cabeza y / o el uso de las patas". Sin duda alguna, un comportamiento curioso que a Russell no se le olvidará nunca.

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