El gofre belga perfecto que no necesita ningún topping para estar riquísimo

Los gofres belgas son muy diferentes a los que hacemos aquí. Cuando estuve de viaje hace años por estas fechas, el guía nos llevó por las calles de Gante y de repente un olor muy rico me llamó la atención... Era un puestecito pequeño en una esquina y un señor haciendo gofres. Me llamó la atención que la masa que estaba usando para hacerlos no era líquida, metía una especie de bolas en la gofrera y pensé: "estos gofres son distintos". Total, que no me pude resistir y los probé y ¡qué delicia de gofres! Crujientes, no excesivamente dulces y muy ligeros. Eso sí, cuando le pregunté al señor gofrero qué me recomendaba que le pusiera por encima, me dijo: "¡nada! Aquí no les ponemos nada nunca por encima, eso es cosa de los extranjeros..." Ni chocolate, ni caramelo, ni nata,... Allí los comen tal cual, y es que tienen una sabor tan bueno que realmente no necesitan ningún topping. Estuve mucho tiempo buscando la receta perfecta, hasta que di con ella. Hoy la comparto contigo para que la pruebes...

GOFRES BELGAS CASEROS

Ingredientes

• 200 g de harina

• 120 g de leche templada

• 12 g de levadura fresca de panadería o 4g de levadura en polvo.

• 1 huevo

• 1 cucharada de azúcar blanco

• 1 cucharadita de miel

• Una pizca de sal

• 100 g de mantequilla a temperatura ambiente

• 100 g de azúcar perlado (este azúcar es lo que le da el toque especial. Búscalo, sino no salen igual... Es un azúcar en trocitos muy pequeñitos. Lo reconocerás porque se lo echan a veces por encima a los roscones de reyes).

Preparación

En un bol ponemos la leche templada y disolvemos la levadura con una varilla.

Añadimos el huevo batido, la mitad de la harina y la cucharada de azúcar y mezclamos todo bien hasta que se forme una masa consistente y dejamos reposar la masa durante media hora (si la tocas, verás que es bastante pegajosa).

Pasados los 30 minutos añadimos el resto de la harina, la mantequilla, la miel y la pizca de sal y dejamos reposar durante 1 hora tapada.

Destapamos la masa y le incorporamos el azúcar perlado. Hacemos bolas de masa y ponemos la gofrera a calentar y ¡a hacer gofres! (Y no seas ansias, que queman…)

Quedan súper crujientes y riquísimos. Ya me contarás… Un beso de Ruth Medina.

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