Hacerse el tonto es beneficioso... según la ciencia

Mateo & Andrea te lo cuentan

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Hacerse el tonto es beneficioso... según la ciencia

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¿Eres de los que cuando hay un problema prefiere hacerse el tonto? Pues la ciencia acaba de descubrir que hacerse el tonto tiene grandes beneficios para ti.

  • Te estresas menos que el resto porque no discutes. Y discutir es agotador. Y Andrea puede decirlo bien alto: a ella discutiendo solo le hacen la competencia los del Sálvame. Es experta.
  • Aumentas tus conocimientos. No discutir te da la oportunidad de escuchar a los demás y escuchando, se aprende mucho. Aunque depende de a quien tengas que escuchar, que hay algunos de los que desaprendes más que aprendes.
  • Además, este estudio ha demostrado que la gente que suele hacerse la tonta, tiene más amigos. En cambio, los listillos, que son los que están en el lado contrario, tienen menos. Así que nada, ya lo sabes.

En Mateo & Andrea creemos que muchas veces, hacerse el tonto en determinadas situaciones es de ser muy listo. Por ejemplo, cuando un amigo te hace una pregunta comprometida tipo: "¿Tú también crees que he cogido peso?". Ahí te tienes que hacer el tonto. Responde que está fenomenal, que no crees que haya cogido peso. Otros momentos en los que hacértelo pueden ser en el trabajo. Imagínate que tu jefe pide voluntarios para algo, lo que sea. Ese es tu momento. No de ofrecerte, sino de hacerte el tonto. O cuando tu madre te pregunta por todos los tuppers que te dejó y nunca le has devuelto. Ese es otro de los momentos clave. O si te pilla un guardia haciendo una pirulilla. O en cualquier situación que te venga bien. Está claro: lo mejor es hacerse el tonto.

CADENA 100