¿Cuál es la edad ideal para casarse? La opinión de las expertas en bodas

Como suele ocurrir en este tipo de asuntos, cada uno tenemos una opinión, ya sea por experiencia propia o por los casos de los matrimonios que nos rodean. Hace unos días, unas expertas en bodas, las creadoras del podcast “The Unfiltered Bride”, daban su opinión. El vídeo se viralizó y las redes se llenaron de comentarios. Se supone que ellas han organizado un montón de bodas y, de esto, saben bastante. Una de ellas, Beth Smith, marcó una horquilla que va desde los 28 a los 32 años, mientras que su compañera, Georgia Mitchel, ajustaba más el dato: 30 años. Esa es la edad a la que ella se casó y la que considera óptima para pasar por el altar.

En una pequeña encuesta realizada en la redacción de CADENA 100, la mayoría hemos coincidido que es una buena edad, pero poco realista. Quizá en Reino Unido, país de procedencia de estas expertas, esa edad sea normal, pero la verdad es que los españoles, cada vez, retrasamos más la edad a la que formalizamos nuestras relaciones.

La edad media de las bodas en España

Con la intención de arrojar un poco más de luz sobre este asunto y comprobar qué hay de cierto en estas afirmaciones, he estado investigando los datos estadísticos de España, Reino Unido y los países de nuestro entorno y (atención spoiler) somos los peor parados.

En Reino Unido la edad media a la que se casan las mujeres es de 30,6 años, mientras que los hombres lo hacen con 32,1 años. En los últimos 30 años, se ha retrasado la edad de matrimonio 5 años. En España, también hemos retrasado el momento en el que pasar por el altar, las mujeres se casan con 34,9 años y los hombres lo hacemos con 36,8 años a edades más avanzadas que nuestros vecinos portugueses (mujeres 32,3 años y hombres 34 años), franceses (mujeres 33,5 años y hombres 35,7 años) o italianos (mujeres 33,6 años y hombres 36,4 años)

Se ha retrasado la edad de matrimonio 5 años

Además, los españoles cada vez nos casamos menos, concretamente la mitad que nuestros padres.

Todo esto provoca, lógicamente, un retraso en la edad a la que tenemos hijos y un efecto muy negativo en la tasa de fecundidad, pero esto merece un artículo aparte.