¿Cada cuánto tenemos que cambiar la almohada?

Recientes estudios muestran que deberíamos cambiar (y lavar) nuestra ropa de cama más de lo que lo hacemos

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¿Cada cuánto tenemos que cambiar la almohada?

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Cambiar colchones y almohadas por el desgaste es algo normal y la media de años oscila entre 8 y 10, según la calidad del material y, sobre todo, del uso que le hayamos dado. Pero ¿todos los colchones y almohadas deben cambiarse al mismo tiempo? No, y no por el uso, ¡por las bacterias! Recientes estudios han demostrado, y comprobado, que las almohadas son un auténtico festival de bacterias y ácaros que se van acumulando: podemos tener hasta 16 especies diferentes de hongos viviendo en nuestra almohada. Pero es que pueden albergar hasta un millón de microbios: ¡y eso solo en la almohada!

El champú, los aceites corporales, el suavizante... todo suma. Y el día a día, por supuesto, también hace que vayamos perdiendo pequeñas partículas de piel y se acumulen en esta almohada. ¿Hace cuánto que no lavas tu almohada? Pues que sepas que, además, lo ideal es cambiarla con una frecuencia media de entre dos y tres años.

¿Y las sábanas? ¿Cada cuánto debemos lavarlas?

El tiempo de vida de los colchones es, habitualmente, de unos 10 años, pero todo depende del uso y el desgaste del mismo. Para que los colchones no acumulen tantas bacterias y ácaros es norma que los cubramos con protectores de cama y juegos de sábanas pero, ¿cada cuánto hay que lavarlos?

En las sábanas y la ropa de cama, en general, se acumulan ácaros y bacterias, así como sudor o células muertas de la piel. Así, los expertos recomiendan que, para mantener una higiene saludable, deberíamos cambiar la ropa de cama, al menos, una vez a la semana. En caso de sudar mucho o estar enfermo, esa cantidad debería aumentarse a dos o incluso tres veces por semana. También es importante que, al quitar las sábanas sucias, dejes la cama sin hacer y la habitación ventilándose, antes de poner la ropa de cama limpia.

Se recomienda usar programas de, mínimo, 60 grados para asegurar una limpieza óptima. Si es posible, se recomienda llegar incluso a los 90 grados, para eliminar el mayor porcentaje posible de ácaros.

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