La reflexión de David Otero sobre el lugar al que nos lleva el enganche por las redes: "No se si me gusta..."

David Otero está de vuelta. Se encuentra perfilando los detalles de ese 'Inteligencia Natural' que lanzará el próximo mes de septiembre, un disco del que ya nos ha presnetado su primer 'single': 'Estrellas y fantasmas'. Una canción que pudimos escuchar, en vivo, el pasado sábado en CADENA 100 POR LA PAZ. Como también el clásico 'Una foto y blanco y negro' que terminó por cantar 'a capella' todo el WiZink center, regalándonos uno de los momentazos de la noche.

Pero más allá de toda esa música, que es parte de la mejor variedad musical que te ponemos en CADENA 100, lo que queremos traerte hoy es una interesante reflexión alrededor de las redes sociales y cómo son capaces de absorbernos hasta un punto que roza la adicción comparable a la de diferentes sustancias. "Ya hace tiempo, he tratado de controlar la cantidad de veces que miro mi teléfono al día, la cantidad de minutos que paso en redes sociales... En octubre del año pasado, me borré del móvil todas las 'apps' de redes, y creo que hace un par de años, saqué también de la ecuación la nueva X", comienza el texto que intercala con diferentes imágenes suyas en primer plano.

Algo con lo que empatizar

"Estas ultimas semanas, empujado por el nuevo lanzamiento de 'Estrellas y fantasmas', por la cantidad de veces que quiero comunicarme con vosotros para contaros que vamos a tocar en diferentes lugares, o que vamos a sacar nueva canción a primeros de Abril... he vuelto a la dinámica de estar mucho tiempo pendiente de las publicaciones y del teléfono. Pendiente de subirlas, de editar los vídeos, de su contenido, de que os lleguen... Y dentro de toda esa comunicación que hoy entendemos como normalidad, hay algo dentro de mí que siente que no es del todo sano", prosigue antes de realizar una apreciación personal: "Todo el tiempo observo si pasa esto o aquello, si la gente que comenta en los posts les gusta la canción nueva, si suben la cantidad de plays, de views... Intento evitar mirar que pasa cuando se comunica algo, trato de evitar observar los datos que ofrecen las diferentes plataformas sobre la canción".

Es entonces cuando da un toque mayor de intesidad a su texto: "Pero es como una droga que te atrae para convertir el resultado de lo que buscas -interacciones, 'plays', 'views'- en la nota que te pones como persona... y cada vez que observo que está pasando, mi mente me lleva a lugares en donde no sé si me gusta estar. Me comparo, me juzgo, me hablo desde un lugar, en ocasiones dañino que me lleva a confusión y a una dinámica a veces desagradable".

"Por otro lado hay momentos de extrema felicidad, cantar el otro día delante de tanta gente, escuchar la canción nueva sonando en la radio. O ver un montón de conciertos que se van cerrando para este verano. Un sube y baja emocional que se ha de controlar para que no haga heridas, y para que seamos capaces de sacar lo mejor de cada circunstancia. Pero en ese baile a veces revolcón...", añade antes de rematar: "Aprendí hace años a ser consciente del tiempo que duran estas fases. Son como tormentas que pasan, y que dejan una sensació de belleza. Te dan la oportunidad de observar con perspectiva tu vida y de valorar lo importante. Ahora estoy en esos días donde veo la tormenta alejarse y tal vez por eso puedo compartir lo que siento... no se si alguien se sentirá parecido...".