Manuel Carrasco y la "época de botellones" en la que germinó la música que hoy hace: "No íbamos ni a la..."
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Manuel Carrasco se encuentra en medio de una de esas etapas profesionales de las que uno no quiere salir nunca. El artista andaluz arrasa allá donde pone un pie con su música. Eso es indiscutible. Así que no es raro que la revista 'Esquire' haya querido contar con él para su última portada. La misma en la que, en su interior, se puede leer una extensa entrevista en la que se explaya sobre ciertos aspectos de esa carrera en cuya cima se encuentra. Entre muchas cosas en las que nos hemos parado, está el tema de esas fiestas de su juventud en las que se juntaban para cantar y no llegaban nunca a la discoteca.
La persona encargada de entrevistarle va al grano, sin andarse con rodeos, y le pregunta si es "muy juerguista". Tras un risa más que delatora, el onubense respondía: "Tuve mis épocas, claro. Soy de puerto de mar... Me lo he pasado bien y ahora que preguntas, me viene a la cabeza mi época de botellón, en la que recuerdo que siempre había una guitarra de por medio. Me he divertido mucho a lo largo de toda mi vida y el otro día mismo, cuando terminamos el concierto, lo celebré con toda mi gente y mis amigos. He tenido mis épocas, ahora quizás menos, porque con la familia tengo menos tiempo, pero siempre me ha gustado divertirme".
Una tierra que canta
Una declaración que pone sobre la mesa el hecho de que, a esa parte festiva de juventud también le debemos esa prolífica carrera que ha firmado hasta la fecha. Y eso que no era el único que se encargaba de 'dar la nota'. "Cantábamos todos. Porque yo vengo de una tierra donde la mayoría de la gente canta. Recuerdo que nos íbamos a los botellones y nos daban las seis de la mañana tocando la guitarra y cantando y no íbamos ni a la discoteca. Era lo que nos gustaba. Y dio sus frutos, allí me formé. Fueron mis primeros conciertos". Tras esto, unas risas que no son sino el reflejo del excelente momento en el que se encuentra instalado.
No duda que eran unas fiestas en las que se lo pasaban mejor que querían. "En mi tierra todo el mundo canta y lo hacemos en grupo normalmente, porque somos muy aficionados al carnaval, al tema de las comparsas, las chirigotas. Culturalmente está muy metido en nosotros y de ahí también me viene mi parte autoral. De hecho, yo sigo cantando solo con la guitarra a ratos en conciertos tan grandes como el del otro día", explica.
Lo hace antes de referirse a ese inicio de la gira 'Corazón y Flecha' en un estadio de La Cartuja abarrotado y que se ha convertido en una especie de fetiche para él: "Allí en Sevilla me acordé en el hotel de una canción que hacía tiempo que no tocaba y la incluí del tirón. Me gusta improvisar, porque estoy acostumbrado, es algo que he vivido desde pequeño. Además creo que solo, sin la banda, me acerco más al público. Como si estuviéramos en el banco de una plazoleta y te cantara así, a pelo. Por eso no lo pierdo, por muy grande que sea el estadio".
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