Dormir con el móvil al lado tiene usa consecuencias y despierta este problema para la salud

Seguro que han sido más de una vez y de dos las que te has despertado en plena noche y has mirado el móvil, todo eso tiene sus porqués y son importantes
Dormir con el móvil al lado tiene usa consecuencias y despierta este problema para la salud

 

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El tener el móvil como una prolongación de nuestra mano ya es algo que forma parte de nuestro día. Aunque lo hayamos normalizado por completo y ya veamos normal hacer absolutamente todo con el teléfono, hay cosas que hemos pasado por algo y algunas de ellas son tan importantes como las secuelas que sin darnos cuenta están dejando en nosotros y en nuestra salud.

Y entre los muchos momentos del día que pueden pasarnos factura, hay uno especialmente que sí que se está demostrando que alterna nuestra salud hasta el punto de haber dado nombre a un nuevo problema del sueño: insomnio tecnológico.

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Si hacemos un encuesta entre nuestros familiares o vecinos y les preguntamos si lo último que hacen antes de ir a la cama o incluso estando ya acostados es echar una última ojeada al móvil para ver el correo o si alguien ha dejado un mensaje en el WhatsApp, nos daría como resultado que todos o casi todos. 

Según un estudio del profesor Hyung Suk Seo de la Universidad de Corea, ''una adicción al teléfono inteligente y a internet  que nos puede llegar a provocar desequilibrios químicos cerebrales que generan trastornos como la depresión o el insomnio, que puede llegar a ser insomnio severo''.

El equipo del profesor Seo, experto en neurorradiología, probó que la adicción a los teléfonos inteligentes y a Internet aumenta los niveles de un neurotransmisor llamado GABA en una región del cerebro. Este neurotransmisor "inhibidor" regula varias funciones cerebrales, incluida la ansiedad. Las proporciones de GABA se correlacionaron significativamente con las escalas clínicas de adicciones a internet y teléfonos inteligentes, depresión y ansiedad.

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Pero no es el único estudio que respalda esta idea por el tiempo que pasamos pegados al móvil y como reacciona nuestro cuerpo. Ya hay problemas y síndromes definidos, no solo problemas de sueño o de articulaciones por cómo escribimos, también por la luz y las horas que pasando mirando fíjamente el teléfono. El estudio del Instituto Politécnico Rensselaer demostró, ya en 2015, que el impacto de la luz que emiten estos dispositivos inteligentes puede alterar el ciclo del sueño si se utilizan antes de dormir, siendo los más perjudicados los jóvenes. La luz emitida produce una reducción de la melatonina, es decir, de la hormona reguladora del sueño, con lo que se evita que el cerebro reciba el mensaje de que ha caído la noche y hay que irse a dormir. Todo esto lo que provoca es una alteración de los ritmos del sueño, provocando que el descanso sea menor y que no sea todo lo reparador que debería ser para que los procesos biológicos que ocurran por la noche sean los adecuados. En resumidas cuentas, el estado de alerta aumenta por la noche y eso provoca insomnio y deficiencias de sueño.

Aunque ahora puede parecer una exageración a largo plazo sí que puede ser un auténtico problema no solo en nuestros hábitos de relacionarnos, sino también de vivir. Un rápido consejo que se podía emplear es apagar el móvil antes de dormir y cumplirlo a conciencia. Así se evitará que el llamado “insomnio tecnológico”  llegue para quedarse en nuestra vida.

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