El vídeo viral del anciano con alzhéimer que piensa que los aplausos son por su talento con la armónica
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La cuarentena nos está dejando unos maravillosos y únicos momentos. Y es que nos estamos volviendo más humanos que nunca y entre tanto apoyo surgen vídeo que a muchos nos enternecen. Ya es sabido que cuando el reloj marca las 20 horas todos salimos aplaudirá a todos esos héroes que siguen trabajando por todos nosotros.
Pero en Galicia, parece ser que alguien piensa que los aplausos van por él. Herman Schreiber es un señor mayor que padece alzhéimer, con él viven su mujer, Teresa, que también sufre esta enfermedad, y la persona que se encarga de cuidar a la pareja Tamara. Ella anima a Herman a que toque todos los días su querida e inseparable armónica.
Herman y su armónica
Pero es que lo más entrañable de esta historia es que Teresa todos los días a las 20 horas aprovecha para abrir las ventanas y que Herman toque su armónica para todos los vecinos. Mientras estos cada uno desde sus casas, aplauden, y mucho y muy fuerte. Pero lo que Herman no sabe es que esos aplausos no son por su increíble recital sino por un movimiento social de agradecimiento a los sanitarios, transportistas, militares, reponedores y demás héroes que luchan todos los días por nuestro bienestar.
El vídeo en el que Tamara hace creer a Hermann que los aplausos son por su concierto
En el vídeo vemos como Hermann muy concentrado el instrumento, que aprendió a sus 5 años, a su público más fiel, sus vecinos. Un vídeo que emociona a cualquiera solo por pensar que el músico está nervioso por su actuación. En él se escucha como Tamara le dice "Pedazo concierto, eh, Hermann", ¿Ves? Te has puesto nervioso. Mucho público. Yo entiendo". Al finalizar su recital, él muy sonriente también se une a los aplausos.
El talento de Hermann tocando la armónica a pesar de su Alzheimer
Según asegura Tamara, Hermann, desde entonces ensaña todos los días para dar lo mejor de sí a su público. Todas las tardes antes de que el reloj toque las 8 en esta humilde casa de Vigo se notan los nervios a flor de piel. Y es que cada día que pasa es un concierto nuevo para Hermann, que a pesar de su enfermedad y de que haya olvidado el español, su talento con la armónica sigue durando.
Por eso ahora cada vez que todos los vecinos de Vigo salgan a sus ventanas y balcones cada noche, él acudirá con su fiel amiga, la armónica para dar un recital a sus vecinos. Porque gracias a Tamara, ahora Hermann cree que esos aplausos son gracias a su talento.
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