La verdad sobre los productos de belleza ecológicos: ¿Qué son? ¿Son efectivos? ¿Podemos fiarnos?

La sostenibilidad está de moda. En los últimos años, hemos sido más y más conscientes del fuerte impacto que tenemos sobre nuestro planeta, y lo que sufre si no lo cuidamos. Por eso, cada vez se han ido creando más productos que ayudan a cuidar la naturaleza: son los productos ecológicos. Envases reutilizables y biodegradables, fórmulas sin químicos...pero, ¿cómo de efectivos son, realmente, estos productos? ¿Son todo lo sostenibles que dicen ser?

Muchos expertos dudan de la fiabilidad de estos productos, y defienden que no son tan naturales como las marcas afirman. Hacen hincapié, por ejemplo, en la obtención de la materia prima para fabricarlos, los procesos de fabricación, los residuos que se generan, el packaging, el transporte hasta el punto de venta...todo este proceso no es muy sostenible, porque las fábricas o los medios de transporte son los principales puntos emisión de los gases que más contaminan...Por tanto, estos productos no cuidan el medio ambiente tanto como nos quieren hacer creer.

Productos de ¿dudosa efectividad?

Una vez resuelto esto...¿son de verdad efectivos? Tomás Muret, vocal nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, advierte a la revista Mia que no debemos dejarnos engañar, pues "lo ‘natural’, lo ‘verde’ no hará que un cosmético sea mejor, ni más eficaz, ni más sano”.

Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), señala que "no existe ninguna metodología estandarizada que permita cuantificar el porcentaje de sostenibilidad de un producto", y que "la sostenibilidad no tiene por qué tener influencia directa en la eficacia del producto o su seguridad".

Val Díaz, directora general de Stanpa, aseguró al mismo medio que "muchos cosméticos se jactan de no llevar ciertos componentes (“sin corticoides”, anuncian, por ejemplo), pero no se puede reivindicar la ausencia de un ingrediente cuando está vetado en cosmética (como los corticoides)”. Algo similar a esto ocurre cuando se afirma que un producto no está testado en animales, pues esta práctica lleva prohibida en Europa desde 2009.

En cuanto a los componentes de los cosméticos, este es un tema que causa un gran revuelo en el sector cosmético. En concreto, los parabenos, que son los conservantes cosméticos más usados por “su precio bajo y su actividad bactericida y fungicida”, señala Tomás Muret, y añade que “la familia de los parabenos tiene muy mala fama, puesto que algunos están prohibidos. Pero el metilparaben, etilparaben, butylparaben y propylparaben se pueden usar siguiendo las restricciones que marca el Scientific Committee on Consumer Safety de la Comisión Europea y son seguros para la salud humana”.

Val Díaz quiere desmontar el mito: “Yo siempre digo que se tendrían que llamar ‘parabuenos’". Sin embargo, hay un gran número de científicos que recalcan que, en las cantidades permitidas, son esenciales porque “protegen a los productos contra la contaminación por microorganismos” y evitan que estos productos se deterioren.

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