Una Tamara Falcó, muy apenada, rinde tributo a su padre en un día muy significativo
Redactor
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A pesar de estar pasando por una de sus mejores etapas, Tamara Falcó no lo ha tenido fácil en los últimos meses. Desde el fallecimiento de su padre el pasado mes de marzo a consecuencia de la Covid-19, la empresaria no ha dejado de mostrar lo mucho que le echa en falta. Superar la muerte de un ser querido nunca es fácil, pero es algo que nos toca a todos y aunque supone un gran reto, sin duda es algo que nos aporta nuevas perspectivas y que nos hace valorar aún más la vida que tenemos. Falcó ha perdido a uno de sus mejores amigos y es que se llevaba de maravilla con su padre, ahora la marquesa de Griñón ha tenido que aceptar la pérdida con una enorme entereza.
Que Carlos Falcó le haya dejado el marquesado de Griñón no es ninguna sorpresa "porque nadie mejor que ella para llevarlo". Hace algunos meses, la colaboradora de 'El Hormiguero' hacía público que la gran tristeza que la rodea desde la muerte de su progenitor, ha sido duro, pero también la ha servido para seguir adelante con su vida y disfrutar al máximo de los pequeños detalles: "Doy gracias por haber tenido un padre tan bueno y por eso le echo tanto de menos, pero yo creo que me voy a volver a encontrar con él", aseguraba.
El pasado 3 de febrero, hubiera sido el 84 cumpleaños del marqués, Tamara Falcó ha querido tener un "encuentro" íntimo con su padre. La hija de Isabel Preysler quiso rendir un bonito y emotivo homenaje brindando por su recuerdo con una copa de vino de su propia cosecha y mostrando sus palabras de cariño: "Feliz cumpleaños papi. Te echo de menos", ha escrito acompañando una fotografía con una botella de vino y un precioso ramo de flores. En este breve mensaje, la colaboradora de 'El Hormiguero' ha desvelado el apodo cariñoso con el que el marqués de Griñón se dirigía a su hija: “Tamarunchi".
Aunque ella misma reconoce que su familia puede aparecer peculiar para muchas personas, tanto su padre como su madre le han transmitido unos valores marcados por el esfuerzo y, sobre todo, el amor. El aristócrata definía a la única hija que había tenido con Isabel Preysler como alguien “dulce, transparente, alegre y sensible”. Su relación siempre fue espléndida y, por este motivo, Carlos habría pensado que ella era la persona idónea para ostentar el marquesado de Griñón, título nobiliario que posee la influencer en la actualidad. La nueva marquesa confesaba que su padre le había comentado en vida que una vez que se hereda este honor hay que aportar siempre algo para dejar una mejor versión a los sucesores.
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