‘Tech Neck’: el síndrome más extendido entre los millennials

De entre los problemas del primer mundo, el de quedarnos un día sin móvil parece ser el más grave para la mayoría, pues lo vemos todo demasiado útil desde la pantalla. En él tenemos gran variedad de aplicaciones que nos hacen la vida más sencilla. Es el caso de herramientas básicas de comunicación como Whatsapp, el correo o las redes sociales, pero también otras como tu propio entrenador personal o la que te dice qué alimentos del supermercado no son saludables. Sin embargo, todas estas facilidades que ha traído consigo la era digital tienen un precio, y ya no solo hablamos de lo que te ha costado tu último smartphone, sino de algo de lo que quizás no te has percatado hasta ahora: el síndrome tech-neck. 

Y es que, aunque cueste admitirlo, seguramente seas uno de los tantos que actualmente vive enganchado al teléfono o táblet, y es que incluso Instagram tiene una función para que te desenganches de su app de vez en cuando y otra que te premia cuanto más tiempo estés sin tocar el móvil. Y esta es una razón de peso para descansar de tu smartphone. 

El término tech-neck se ha creado para hacer referencia a los signos de envejecimiento, concretamente una o varias líneas en el centro del cuello, que aparecen prematuramente en personas jóvenes causados por mirar constantemente hacia abajo cuando usan dispositivos tecnológicos. Y es que, aunque parezca mentira, agachamos la cabeza una media de 150 veces al día para mirar el móvil, por lo que es este movimiento acaba pasando factura a la salud y la estética.

Así que no solo se trata de un trastorno muscular que afecta a la columna vertebral y aumenta la tensión del cuello y la rigidez de los hombros, sino también en el aumento de las arrugas, pliegues y hundimientos en una de las zonas más frágiles del cuerpo. “La piel del cuello es muy especial: no solo es más fina y está más expuesta al sol, sino que además tiene muchas glándulas sebáceas que producen grasa y pueden acelerar el proceso de envejecimiento. Necesita un producto que le aporte el equilibrio justo sin sobreprotegerla”, afirma Margaret de Heinrich, creadora de Omorovicza.

Pero no todo son malas noticias, pues el efecto del síndrome más extendido en la generación millennial se puede evitar (y revertir) con algunos sencillos trucos que te damos a continuación: 

• Al usar el móvil, levanta los brazos hacia arriba en vez de agachar la cabeza.
• Al trabajar con el ordenador, tu mirada debe dibujar una línea recta hasta la pantalla. Ajustala para no tener que inclinar el cuello.
• Siéntate en una silla con reposacabezas y asegúrate de que la mantienes apoyada mientras trabajas con tus dispositivos.
• Haz descansos y limita el tiempo de exposición a las pantallas haciendo descansos.
• Cuida la piel de tu cuello tanto como la de tu rostro, puesto que es más delicada y ya existen productos específicos para ella.