La reseña viral sobre un restaurante que se lleva un sonoro 'zasca' de su dueño: "Me pasa y me hago un selfie"

La crítica tocó en lo más profundo al responsable del local que no dudó en contestar en Google para callarle la boca con argumentos
El 'zasca' del dueño de un restaurante a una crítica destructiva de sus poke
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Como ya hemos puesto en valor en multitud de ocasiones, el universo digital presenta bondades, pero también peligros. Uno de ellos, el poder esconderse detrás del anonimato que se da a la hora de manifestar opiniones que puedan herir la sensibilidad del que tenemos delante. Hoy traemos una de esas reseñas de Google de las que hacen saltar al dueño del establecimiento ofendido, al tocarle en lo más profundo de su orgullo. Porque las palabras de una tal Anastasia con las que pone en entredicho la calidad de sus productos, le han hecho saltar como un resorte y lazarle un 'zasca' de los que hacen época y resuenan en los confines de la red.

"Llevo mucho tempo en la hostelería y no había probado los pokes. Hoy no sabría explicar nuestra experiencia. Solo decir que ha salido una cucaracha, literalmente, del interior de mi bol. Al segundo vemos salir otra del bol de mi compañera. Hemos acabado comiendo en otro bar de poke ¡La higiene sobre todo, chico! Pongo dos estrellas por el 'buen trato' a pesar de todo", es la crítica en Google que provocaba la casi inmetiada respuesta del responsable del local ofendido.

"Mira a ver si mejoramos la inventiva que tenemos 4,5 sobre 5 en Google. Para mí que a esa anécdota que cuentas le faltan aliens y le sobran fantasmas", comienza su ataque lleno de educación antes de advertir una cosa a la que, consideramos, no le falta razón: "A mí me pasa algo y me hago un 'selfie' con el bicho por lo menos". Un texto que añade una escueta posdata con la que avisa a quienes se vean en la tentación de arremeter contra ellos: "Preferimos críticas constructivas que nos ayuden a mejorar".



Un antecedente

Hace apenas unos días, en esta misma web de CADENA 100 recogíamos un caso similar. Es cierto que la historia de fondo era otra, pero la crítica de un usuario se llevaba uno de esos cortes monumentales que merecen la pena ser recogidos. "Decepcionante en todos los aspectos. Hoy teníamos reserva a las 15:00 y nos han sentado a las 16:00 y porque nosotros nos hemos enfado. Mala gestión del restaurante, comida regulera y el dueño un impresentable, cobrando una ronda que supuestamente era gratis. Nos ha subido el precio de la carta cobrando de más una botella de vino. No volveré", se podía leer en esa reseña que, como decimos, tuvo réplica del responsable del local.

"Te levantas una buena mañana, y vas al médico. Te sientas pacientemente a esperar tu turno, y los pacientes van pasando a consulta de uno en uno. Sales del médico y te acercas a la oficina de Correos a recoger un paquete. Coges tu número en la maquinita y esperas pacientemente a que te llegue el turno. La chica de la oficina los atiende por orden, de uno en uno. Luego te pasas por la carnicería a hacer unas compras, pides la vez y haces cola sin rechistar y resignándote a esperar quince minutos a que te atiendan, pues el carnicero no puede atender a más de una persona al mismo tiempo. Después al supermercado, y lo mismo. De uno en uno. En el Ayuntamiento. En la papelería. En la taquilla del cine. Llamas a atención al cliente de tu compañía telefónica y resulta que no pueden atender más de una llamada al mismo tiempo", comienza ese texto, en el que no escatima en detalles.




"Luego te toca acudir a tu puesto de trabajo. Aquí la cosa cambia. Da igual que lleguen ocho, veinte, un autobús del inserso o las legiones del ejército imperial de Marco Ulpio Trajano. Debes apañártelas para servirlos a todos al mismo tiempo. Porque cuando un ser humano posa sus nalgas en la silla de un bar, cada microsegundo que pasa sin tener una bebida en la mano le va hirviendo más la sangre y colmando su paciencia", continúa antes de añadir: "Porque conocen nuestra naturaleza superior. Porque cuando el resto de los simples mortales solo son capaces de atender a las personas de una en una, nosotros tenemos la capacidad de clonarnos en el espacio-tiempo y estar en varias mesas simultáneamente. Porque si nuestra habilidad nos falla y la gente espera una fracción de segundo más de lo debido, se esfuman como una fragancia en la brisa".

Y cierra con una reflexión que era lo que le valía el aplauso casi unánime de cuantos terminaban leyéndolo: "Algún día compañeros, usaremos este don virtuoso en nuestro beneficio y doblegaremos a las mentes más débiles. Algún día, el mundo será nuestro".

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