La reflexión de una madre sobre cómo enseñar a un hijo a manejar la frustración que arrasa en Twitter

Esta mujer ha contado cómo ha decidido dejar que el pequeño se dé cuenta de que la vida no es fácil, y ha generado un interesante debate en la red
Twitter se divide ante la carta de una madre sobre la enseñanza de la frustración a su hijo de 9 años
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En ocasiones, las redes sociales sirven para darnos lecciones de corte pedagógico detrás de las que se encuentran padres que quieren compartir sis decisiones y experiencias. Eso es justo lo que acaba de hacer una mujer, Lorena Gaytán, al explicar cómo ha decidido obrar ante un escenario en el que su hijo ha experimentado lo que es la frustración por no poder conseguir una meta. Unas líneas que han sido rescatadas para su difusión en Twitter por la cuenta oficial del Club Deportivo Gévora como ejemplo de gestión ante una vicisitud en el terreno deportivo.

"Hoy mi hijo de 9 años me ha contado un problema y no he movido un dedo para solucionarlo", es la impactante primera línea que se puede leer en ese escrito que ha compartido en su perfil de LinkedIn, desde donde ha saltado a la mencionada Twitter. "Este sábado juegan el partido más decisivo de la temporada: van segundos y se enfrentan a los terceros (que están a un punto) peleando por subir de categoría. Es EL partido, pero mi hijo no está convocado", contextualiza para que se entienda el resto del relato que está a punto de ofrecer. "Ha vuelto a casa de entrenar cabizbajo y lloroso. Apenas ha cenado. Hemos hablado de que en realidad no es tan importante, que iremos igualmente toda la familia a animar al equipo hasta el final, abrazos de 8 segundos a lo Marián Rojas Estapé… pero nada de esto le consuela. Él sólo puede ver que se pierde el partido más importante del año", añade.




Es entones cuando reconoce que podía haber hecho algo más, pero que ha tomado la determinación de no hacerlo, para que aprenda la lección: "Sería muy sencillo escribir a su entrenador y contarle lo afectado que está. Pedirle que, por favor, si alguien se da de baja, le convoque al menos como suplente de suplente. Que lo saque aunque sea cinco minutos al campo. Solucionar este problema es muy, muy fácil, pero he decidido no hacerlo". Lorena pone en valor otra enseñanza que pretende que le cale al niño: "Me parece más importante que aprenda a enfrentarse a la frustración ahora, preparándose para el día que no tenga la nota de corte para la universidad, la chica que le gusta le dé calabazas, no pase el proceso de selección que tanto se haya currado o promocionen a un compañero de trabajo y no a él".

También tiene una reflexión final en la que no pocos se han detenido por lo profunda y certera: "Pasamos tanto tiempo preparándoles para triunfar en la vida que a veces se nos olvida que es igualmente importante prepararles para el fracaso, que es el otro lado de la misma moneda". Y termina con un mensaje de lo más esperanzador para ese pequeño que, en estos momentos, lo ve todo gris: "Ánimo, campeón, el sol volverá a salir mañana.

Un debate con diferentes puntos de vista

Ojo, porque no a todo el mundo le ha parecido correcto. O, más bien, porque hay muchos que no entienden que, con tan poca edad, en algunos clubes se hayan instaurado estos sistemas de convocatorias, cuando lo que debería primar es el aprender a respetarse y competir de manera sana. Aunque también los hay que señalan al extremo opuesto: "En la escuela te hay exámenes desde pequeños y tienes que estudiar y aprender pues lo mismo en el fútbol no es un deporte para pasar el rato deben aprender cómo va la cosa".



"Y ningún entrenador ni padres se plantean que si el niño no va a valer para ese deporte no lo incluyan desde el principio en una liga o campeonato. Los padres aparcan al niño en el club a sabiendas que no da nivel y el entrenador en vez de decir que no se lo queda", es el comentario de otra persona que añade: "Si el entrenador aceptó tener a ese niño lo debe convocar como cualquier otro partido, no me vale lo de que ahora no da nivel. Y los padres deberían exigir que si hijo tenga derecho a estar ahí. Si no todo esto es un ejercicio de hipocresía".





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